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Vinicius resuelve la crisis y se lleva otro balón a casa

Iniciado por melli77, Nov 10, 2024, 08:13:12

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melli77

Victoria cómoda del Real Madrid en el Santiago Bernabéu (4-0) para cortar la mala dinámica que atravesaba. Se apoyó en un buen Jude Bellingham y en un efectivo Vinicius, que mejoró con el paso de los minutos y que estuvo fino en la definición para hacer otro 'hat trick', como en el día ante el Borussia Dortmund.

Decía Carlo Ancelotti que creía haber encontrado la solución a los problemas del Real Madrid. Lo cierto es que el equipo mejoró ante un Osasuna que pecó de ceder metros a los blancos. Una versión no definitiva, pero sí es un buen punto de partida para olvidar las derrotas ante Barcelona y Milan. Apenas sufrió en transiciones y encontró más equilibrio con Camavinga y Fede Valverde, aunque todavía le cuesta muchísimo dar velocidad a la pelota cuando juega en estático. Pero la prioridad de Ancelotti era ganar. Era su paréntesis en esta operación tan compleja que le había dejado noches sin dormir. Y ahora debe atender a otras operaciones, después de seguir las reglas matemáticas, como las restas que se ha encontrado con los lesionados. Hasta tres... le crecen los enanos.

Jude Bellingham siempre ha sido un buen termómetro para medir cómo estaba el Real Madrid. Desde el último tramo de la temporada pasada, y también en el inicio de esta, no había podido mostrar su mejor versión. Apagado tácticamente y algo justo en lo físico. El equipo lo notaba, pero ante Osasuna se encontró con un plan que le daba en el campo más margen de maniobra. Con Camavinga y Fede Valverde de sostén, el inglés sí se animó a ocupar zonas centrales llegando desde segunda línea y alternando cierto protagonismo en la construcción. Le dio ritmo al juego, algo que añora el Madrid desde la marcha de Kroos.
Bellingham mejora a Valverde y Camavinga

La máxima prioridad era rendir en la práctica, algo pendiente en las últimas semanas. Con esa premisa salió un Madrid enchufado con ganas de tener el balón desde el inicio. Le benefició el planteamiento de un Osasuna que no tardó en ceder metros. Con dos líneas muy juntas que incomodaron algo al inicio en la construcción de los 'merengues'. El Madrid entendió que debía llevar el balón rápido a los costados y así buscó en el inicio a Vinicius y Rodrygo. El segundo volvía a ser titular, pero solo disfrutó de 19 minutos en el campo. De nuevo, una lesión le obligó a parar. Ancelotti reaccionó con la entrada de Brahim, siempre enérgico, aunque poco fino en la primera parte.

El Madrid fue de menos a más y se vio mucho más equipo que en compromisos anteriores. Esencialmente, porque tuvo mucho más orden. Camavinga fue el '5' más estático y Valverde estuvo algo más comedido a la hora de avanzar metros, algo que aprovechó un Bellingham que aportó criterio, ritmo y muy buenos minutos en posiciones interiores. Eclipsado en el 4-4-2, con este sistema puede brillar más. E incluso ayuda a que Valverde y Camavinga no se excedan de sus funciones y el equipo esté mucho más compacto.
Drama con las lesiones

El problema de Rodrygo no fue un caso aislado, todo lo contrario. Por momentos, los problemas se le acumulaban a Carlo Ancelotti. Todavía tiene el susto en el cuerpo con un Éder Militao al que le bailó la rodilla en la carrera por una falta lateral. El brasileño, que ya sufrió una operación en la otra pierna por un caso similar, se echó al suelo. Sus gritos no invitan al optimismo, tampoco los gestos de sus compañeros. Tuvo que ser retirado en camilla y el Madrid esperará a pruebas, pero no tiene buena pinta.

Para calmar tensiones, llegó el primer gol. Desorganizado Osasuna, Bellingham se aprovechó de un balón interior para ser vertical encontrar al espacio a un Vinicius que encaró y no tardó en disparar al palo corto de Sergio Herrera, que no pudo echar mano de sus reflejos para evitar el 1-0. Celebró el brasileño, que se desquitó de tensiones pasadas y abrió la veda para un Real Madrid que mejoró desde entonces y que resistió hasta el descanso con un resentido Lucas Vázquez que había dejado el tercer problema físico para los blancos en la primera mitad. El capitán aguantó, pero también amenaza con una lesión muscular que dejaría casi huérfano el lateral derecho.

Pero todavía quedaba más de Bellingham antes del paso por vestuarios. La lesión de Militao animó a Ancelotti a apostar por Raúl Asencio, canterano, para que debutase con el primer equipo. Y precisamente de sus botas salió la asistencia del 2-0. Un balón larguísimo del zaguero pero muy preciso que acompañó al desmarque de Jude, que recordó al de antaño con ese movimiento. Delante de Herrera, fue fino para definir con una vaselina por encima del portero. Tarea encarrilada al descanso (2-0).
El bucle de Mbappé; la facilidad de Vinicius

Lo intentó Kylian Mbappé por activa y por pasiva para marcar en un partido cómodo para el Madrid que incitaba a ello, pero no sale del colapso. De nuevo, tuvo varias oportunidades, aunque no tan claras como en otros partidos. Incluso se notaba esa intención del equipo de encontrar al galo para que pudiese quitar el tapón, pero no hubo manera. Está algo más fino en movimientos que a principios de temporada, pero todavía está lejos de ese futbolista diferencial de cara al gol que fue en París. Vinicius, todo lo contrario.

El brasileño necesitó muy poco para hacer peligro. A Osasuna le costó mucho defenderle, especialmente a un Eraso que encontraba una pesadilla en cada uno contra uno. Si ya era inesperada la asistencia de Asencio en el 2-0, más lo fue la de Lunin en el 3-0. El portero ucraniano armó rápidamente el contragolpe después de salir en un córner en contra y atrapar la pelota. Su golpeo fue perfecto para dejar a Vinicius solo ante un defensor de Osasuna, que no pudo ganar la carrera con el brasileño. Se plantó solo ante Herrera y definió tras superarlo para el 3-0.

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