Zona Satelite!!

El Espanyol ha completado, quizás, el mejor partido de la temporada, por juego y por goles. Desde el pitido inicial ha pasado por encima de un Rayo que se ha llevado un varapalo enorme en su intento de asaltar Europa. Cuatro goles han marcado los de Manolo González, gracias a Cabrera, Roberto Fernández, Puado -este de penalti- y Pere Milla. Un triunfo que les permite respirar y dormir a cinco puntos del descenso.

En una situación desesperada, después de tres partidos sin ganar, muy pocos podrían imaginar el daño que el Espanyol podría hacer a un Rayo Vallecano ilusionado con pasearse el próximo curso por Europa. Pero no lo conseguirán los de Vallecas con la actitud que mostraron durante ciertas fases, no todas, del primer acto. Y menos con un rival que mordió y que se marchó al descanso ganando 0-2. Poca diferencia para las oportunidades que disfrutaron ante un Batalla una vez más excepcional.

Ya había amenazado el cuadro periquito que iba muy en serio en la noche madrileña. Al poco del inicio, Urko salió de su campo, recorrió 40 metros con una conducción potente y con clase a partes iguales, y regaló un balón de oro a Roca tras una asistencia por encima de la defensa. El canterano, sin embargo, estropeó la acción con un disparo penoso. Pero fue un aviso de lo que estaba por llegar. Menos bonito, pero más efectivo. Fue de córner botado por Expósito y cabeceado por Cabrera. El remate picado del central lo tocó Nteka lo suficiente para que Batalla no pudiera alcanzar la bola y besara las mallas para convertirse en el 0-1.

Cuatro minutos después, cumplido el cuarto de hora, Ciss perdió el balón tras un resbalón, Aridane se olvidó de que al fútbol se juega con la pelota y no con el cuerpo, permitiendo así que le llegara a Puado. La clase del capitán hizo el resto para dejar solo a Roberto y el principito cordobés se lo agradeció dedicándole instantes después el 0-2.

Los de la franja estaban abrumados, despistados. Y pudieron dar gracias porque los catalanes no acertaran algunas de las claras ocasiones que disfrutaron. Puado fue el más incisivo, pero no el único, y Batalla tuvo que salvar un par de goles con sus habituales intervenciones ante Romero y Roberto.

Joan García, otro porterazo

Después de reflexionar en el vestuario y resetear actitud y aptitud, el Rayo salió en tromba para reducir distancias. Pero si Batalla había hecho de las suyas antes, Joan García no le fue a la zaga. Su colega espanyolista evitó goles cantados desde la grada con paradones espectaculares a tiros, especialmente, de De Frutos y de Álvaro García. Eran otros los de Iñigo Pérez, con más ritmo, con más hambre, pero sin acierto. Como tampoco lo tuvo Roberto cuando remató a puerta vacía un pase de El Hilali. Por suerte para él y para su equipo, el árbitro, tras cinco minutos viendo el VAR, pitó penalti. Ciss, inmediatamente después de que el delantero rematase, le había pisado en el tobillo. Puado aprovechó para marcar el 0-3. Ver para creer.

Ese gol ya 'mató' a los rayistas. En todo caso, aprovechó el técnico los minutos restantes para darle una oportunidad a Raúl de Tomás, que no jugaba desde octubre después de su enfermedad nunca aclarada. Pero de nuevo el que marcó fue el Espanyol, que anotó al borde del 90 el cuarto gol con Pere Milla.