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100 días de un Mbappé que no es del todo Mbappé

Iniciado por melli77, Nov 21, 2024, 12:46:34

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Cumplido el centenar de días desde su debut contra el Atalanta, el examen de rigor a Kylian Mbappé en el Real Madrid deja dos vertientes bien diferentes. Con números algo lejos de sus hábitos pero decentes (8 goles, 2 asistencias y 1 título en 16 encuentros), la sensación con su desempeño en el campo es prácticamente unánime: no termina de ser él.

100 días. Las grandes figuras mediáticas siempre pasan por ese juicio. Se considera un tiempo apropiado para medir el desempeño de alguien a quien, más de 3 meses después, ya se le puede dar por formalmente asentado en el cargo. El de Kylian Mbappé se bifurca en un examen aprobado desde los números y otro suspenso en las sensaciones que emite sobre el terreno de juego.

El 14 de agosto, en Varsovia, el libro del francés con el Real Madrid dejó de estar en blanco para escribir blanco sobre negro en él. Y la verdad es que el prólogo no pudo ser más glorioso: primer partido, primer gol, primer triunfo, primer título. 99 días después de aquella noche contra el Atalanta, una nube no deja de posarse sobre la cabeza de Mbappé. Porque no ha terminado de aterrizar, al menos no esa versión del PSG por la que tantos años llevaba pugnando Florentino Pérez.

Lo tangible: 8 goles, 2 asistencias y la mencionada Supercopa de Europa. Una tarjeta decente en los 16 encuentros que atesora. Cierto es que apocados cuando irrumpe la comparativa: Lewandowski le aventaja en 8 en LaLiga, su compañero Vinicius ha firmado 4 más que él y, las más dolorosa, la propia: en sus 7 temporadas con el PSG, solo en la 21-22 había firmado menos tantos (7) a estas alturas. El curso pasado, sin ir más lejos, llevaba el doble que la actual en sus 16 encuentros iniciales.

Lo intangible: este no es Mbappé. El veredicto es prácticamente unánime en la comunidad madridista. No termina de ser el líder que se esperaba. No es que no hile buenos partidos seguidos, es que dentro de solo uno le cuesta ser protagonista. Y en los partidos más importantes del curso, como en el Clásico o ante el Milan en Champions, la grada la bajó el pulgar. Eso sí, más allá de la autocrítica, hay un atenuante al que se puede agarrar el galo: no está jugando en la posición que le propulsaba en París porque Ancelotti prefiere mantener ahí el estatus y los galones de Vinicius.
No es un 9 (lo dicen los datos y sus gestos)

No es un 9, no. Ni quiere serlo. El peaje se puede apreciar en que ha disminuido severamente su producción de goles marca de la casa, esos en los que rompía en velocidad desde atrás para romper cintura y definir plácidamente. En la cantidad de choques en que ha incurrido en fuera de juego. En su desatino ante los porteros tras 78 tiros (4.9 por partido), 35 de ellos a puerta (el 44.9%) y 8 goles (1 de cada 9.75 disparos que salen de sus botas). Incluso en la selección de tiros, no siempre la más apropiada, como muestra la gráfica adjunta de BeSoccer Pro: 2 de cada 3 de sus lanzamientos acaban en las manos del portero (34.62%) o bloqueados por defensores (32.05%). Y, por último, también se percibe en la crisis de juego que también trae a Ancelotti de cabeza, pues al arrollador engranaje del año pasado le está costando bastante encajar la pieza francesa, un asunto, además, en boca de todos.   

El propio delantero es consciente de esa depresión futbolística. Es más, sus actos denotan desesperación por dejarla atrás. De ahí lo de aparcar temporalmente los viajes con la Selección Francesa, que ha trasladado el debate sobre su momento al país vecino. Su obsesión por hacer una minipretemporada durante los parones por selecciones para volver a abrazarse a ese físico deslumbrante que ha roto multitud de encuentros en su pasado reciente. Hasta parece sonreír diferente a esas muecas de niño pequeño ilusionado en su multitudinaria presentación. Tampoco el ruido extradeportivo le ha ayudado. El juicio con el PSG por las primas pendientes, el polémico viaje a Suecia y las consecuencias que tuvo... hasta Benzema se ha erigido en 'coach' público para tratar de echarle un cable.

En la actualidad, no en vano, Mbappé atraviesa una racha de 4 encuentros seguidos sin anotar. Acercándose peligrosamente a la peor de siempre, la de 6 que hiló con el PSG a inicios de la temporada 21-22. Aunque en ese precedente también puede encontrar una esperanza: al término del curso, acabó haciendo 39 goles en 46 partidos. Pero a ver cómo consuela eso a un Kylian que, en la euforia de la Supercopa contra el Atalanta, aseguró sin temblar que tranquilamente podría acabar la 24-25 con 50 goles.
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