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El Sevilla continuó con su buen arranque de 2025 y se llevó una importantísima victoria ante la Real Sociedad en Anoeta (0-1). Ejuke fue el autor del único tanto del encuentro para sumar un triunfo que deja a los de Nervión a solo 5 puntos de Europa. Por su parte, los 'txuri-urdin' volvieron a dejar una mala imagen, sin apenas llegadas ni ambición, y prolongan su mala racha en Liga, con su 6ª derrota en las últimas 8 jornadas.

Real Sociedad y Sevilla viven realidades paralelas en cuanto a la clasificación, pero muy dispares en cuanto a sensaciones. El conjunto 'txuri-urdin', pese a haberse reconciliado con su afición, no termina de encontrarse en Liga, donde ya suma 6 derrotas en las últimas 8 jornadas. Por el contrario, los de García Pimienta han experimentado un cambio certero tras las uvas, con solo una derrota en 2025, invicto a domicilio y con hasta 3 triunfos lejos del Sánchez-Pizjuán. Un ejemplo más de que el fútbol va por rachas.

No pareció desde el pitido inicial que los 'txuri-urdin' fuesen a continuar con la mala dinámica. Todo lo contrario, pues el inicio fue dinámico e incluso consiguieron hacerse con el balón en su poder y meter atrás a su rival. Algo que, dicho de otro modo, no sirve para nada si eso no lo aprovechas de cara a puerta.

El Sevilla quiso establecer un plan claro desde el primer momento. Resguardarse atrás, no generar acciones de peligro en su contra y aprovecharse de la velocidad de sus jugadores al contragolpe. Así, con grandes coberturas, la Real llegaba al balcón del área, pero a partir de ahí ya no sabía qué hacer con la pelota en su poder.

No obstante, a pesar de esto le tocó sufrir, o más bien, llevarse algún que otro susto con ocasiones locales. Zubeldia tuvo la primera en un fallo de marca y remató solo el centro desde la izquierda, pero la pelota se perdió fuera.

Fue similar la siguiente aproximación realista, con Aguerd entrando solo al segundo, pero cuyo remate salió centrado y Nyland pudo despejar. Superado el ecuador de la primera parte, Sergio Gómez demostró su velocidad y desborde y consiguió meter un centro desde la izquierda al segundo, donde apareció Becker para rematar, pero lo hizo forzando, llegando la pelota mansa y centrada a las manos del meta noruego.

Fue a partir de aquí cuando toda la iniciativa de la Real se desvaneció y se dio paso a la entrega sevillista. La primera, y la más clara, llegó en el minuto 34, con una cabalgada de Pedrosa por la izquierda, consiguiéndose sacar el disparo que repelió Marrero, pero que dejó la pelota muerta para Isaac. Esta se llenó de balón y disparó a las nubes, desaprovechando una ocasión única y puede que irrepetible.

Pese a ello, la segunda mitad le tuvo guardado el mejor regale al Sevilla, que comenzó de la mejor manera posible: adelantándose en el marcador. Contragolpe que inició Isaac Romero, jugó con Saúl y el ilicitano vio la llegada de Ejuke desde atrás, que controló y buscó el palo largo, imposible para Marrero. Mazazo para la Real a las primeras de cambio.

Comenzó dormido el cuadro de Imanol Alguacil y lo acabó pagando caro. Pese a ello, buscó dar un paso arriba y reponerse del gol cuanto antes, pero estuvo lejos de meter el miedo en el cuerpo a su rival.

Muy seguro de sí mismo, el Sevilla dio un paso atrás, sin renunciar al ataque, pero sí resguardándose de cualquier peligro. Además, la idea de salir al contragolpe se mantuvo viva. Por ello, y porque no le estaba gustando lo que estaba viendo, Imanol decidió meter 4 cambios de una tacada: Oyarzabal, Zubimendi, Traoré y Barrenetxea saltaron al campo.

Sin embargo, superada la hora de partido, el Sevilla pudo aumentar su ventaja. Isaac corrió al espacio y recibió un gran pase en profundidad para plantarse solo ante Marrero y definir por bajo a su derecha, pero la madera le privó del 2-0.

El partido fue entrado en su recta final y en los minutos más decisivos. La Real, fiel a su estilo, tocaba y tocaba en busca de una solución. No perdía la pelota, pero tampoco centraba, ganaba duelos en ataque o remataba a puerta. Un sinsentido en sí mismo.

Quemó las naves Imanol Alguacil con la entrada de Kubo al campo, pero ni eso fue suficiente para inquietar a un Nyland que apenas tuvo trabajo esta noche. Fue en el tiempo añadido cuando sí que la Real colgó más balones, pero ya fue demasiado tarde para reaccionar.

García Verdura decretó el final de los 90 minutos y el Sevilla materializó una victoria vital y merecida ante una Real Sociedad que volvió a hacer aguas y demostrar que este no es el equipo de antaño. Se quedó muy tocado el cuadro donostiarra que, pese a la derrota, aún está a 8 puntos de Europa. Eso sí, el Sevilla ya lo ve por el retrovisor y son solo 5 las unidades que lo separan de las plazas europeas.