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Osasuna y el Rayo Vallecano empataron 1-1 por la jornada 20 de Primera División. Los madrileños interpretaron bien lo adelantado de la línea defensiva de los pamplonicas para adelantarse pronto, pero cedieron el control del partido rápido y terminaron sufriendo. Un gol de Raúl García de Haro desató el reparto de puntos, que mantiene a los dos escudos equilibrados en la antesala de la Liga a Europa.

Osasuna y el Rayo Vallecano, que afrontaban la jornada 20 de la Liga con los mismos puntos, la terminaron igual. Se vieron las caras en la segunda tanda dominical de Primera División, contexto en el que propiciaron un reparto del pastel justo para con los visto sobre el terreno de juego de El Sadar. El respeto entre los técnicos se mostró en lo calculado de sus propuestas. Ambos acertaron, ambos se equivocaron y el resultado fue de 1-1.

El tino de la pizarra de Íñigo Pérez estribó en interpretar lo adelantado de la línea de presión de Vicente Moreno. El estratega local ordenó molestar la salida de pelota de la expedición de Madrid desde los primeros compases, motivo por el que este tramo del encuentro se desarrolló con mayor gobierno por parte de los anfitriones. En plena sensación de que el dominio estaba de su lado, llegó un mazazo al minuto 19.

Andrei Ratiu detectó un desmarque de Sergio Camello a la espalda de Alejandro Catena y le sivió la pelota en largo. El campeón olímpico, para cuando el cuero rebotaba delante de Sergio Herrera, ya le tenía ganados varios metros al central, que tan solo llegó a tiempo para propinarle un empujón por detrás que no evitó que abriera la lata con una picadita por encima del guardameta. Su maniobra era de especialista.

Para marcar el primer gol del partido, el Rayo Vallecano se apoyo en una disciplina defensiva férrea. Uno de los objetivos de la guardia de Augusto Batalla era marcar de cerca a Ante Budimir, que avisó con movimientos como un quiebro que dejó por los suelos a Abdul Mumin cuando el punta controlaba el esférico, hacia un lado, de espaldas a él. Florian Lejeune anotaría su matrícula y le negaría la mayor durante toda la tarde.

Las prestaciones ofensivas de Vicente Moreno mejoraron mucho cuando el entrenador introdujo a otras referencias para que la zaga de Íñigo Pérez no tuviera tan claro como antes a quién seguir de cerca. Esta es la génesis del 1-1, un centro de Rubén García que Raúl García de Haro remató, imperial, de cabeza entre zagueros que estaban demasiado ocupados evitando que perfiles como Budimir actuaran ante el envío.

Si, en los primeros momentos de la cita, los visitantes habían acertado interpretando la adelantada línea contraria, pecaron, más adelante, de dar un paso atrás cuando todavía quedaba mucho por delante. 5 minutos después del descanso, ya se oían silbidos de El Sadar a los franjirrojos por sacar la bola de su área con mucha parsimonia. Estaban cediendo el dominio a unos 'rojillos' que, en estos momentos, solo sufrieron por alguna genialidad individual.

Isi Palazón, de hecho, estuvo a punto de anotar desde el centro del campo cuando el electrónico ya recogía las tablas que se refrendarían después. Nada más controlar la pelota cerca de la banda derecha, donde su técnico preparaba cambios para corregir la situación, se dio cuenta de que Sergio Herrera estaba un poco adelantado y le retó con un zapatazo que se estampó en su travesaño con ligero roce en sus guantes.

A los puntos, Osasuna acabó el partido más cerca de la victoria que el Rayo con oportunidades como un malogrado -por fuera de juego- tiro de Budimir al palo o un centro ante el que tuvo que actuar Óscar Valentín. El '23' esprintó atrás al ver que su área estaba poblada de rivales y sus compañeros estaban demasiado ocupados con sus marcas. Era justo lo que había ocurrido en el gol del 1-1 y él abortó el 2-1 con un despeje no de vídeo de 'highlights', pero sí de hombre clave en una plantilla.