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El Barça pasa por encima de un Real Madrid que roza el ridículo y se lleva la Supercopa de España

Los hombres de Hansi Flick fueron muy superiores a pesar de jugar más de media hora con uno menos.

Un inapelable Barça, espoleado por la disponibilidad de Dani Olmo y Pau Víctor, no tuvo problemas para derrotar por 2-5 al Real Madrid y llevarse su decimoquinta Supercopa de España. A pesar del tempranero gol de Mbappé, los culés aplastaron a sus rivales en la primera parte, anotando cuatro tantos. Ya en el segundo tiempo, ni la expulsión de Szczesny ni el golazo de falta de Rodrygo acercaron a un combinado blanco completamente sobrepasado e incapaz.

Después de varias semanas de drama por la inscripción de Dani Olmo y Pau Víctor, ambos futbolistas se pusieron a las órdenes de Hansi Flick, que no necesitó de su titularidad para ganarle la partida, y de qué forma, a un Carlo Ancelotti sobrepasado. Real Madrid y FC Barcelona se plantaron en la final de la Supercopa de España, disputada en un estadio King Abdullah saudí que desplegó un espectáculo de luces y drones como tentempié a lo que se convertiría después en un banquete para el combinado catalán en Arabia Saudí.

El entrenador del Barça ya había avisado de sus intenciones, rememorando el 0-4 del Bernabéu como ejemplo a seguir, y a pesar de todo lo sucedido en los últimos meses, crisis de resultados incluida para ambos equipos, los azulgranas repitieron la tónica de aquel encuentro, con una supremacía aplastante sobre los blancos.

Desde los primeros compases, la superioridad de los hombres de Flick fue evidente, como ejemplificaron Lamine Yamal y Raphinha, que pusieron a prueba a un Thibaut Courtois desbordado. Con el Barcelona lanzado, el plan de Ancelotti surtió efecto, al menos durante unos instantes. En el quinto minuto, los blancos se encontraron con un contragolpe fulgurante, dirigido en primera instancia por Vinícius. El brasileño buscó a Mbappé en el centro del campo, y el '9' cabalgó hacia la portería rival, sorteando a Íñigo Martínez y batiendo con la diestra a Szczesny tras una filigrana.

El Barça se topó en el 22' con una gran oportunidad gracias a un pase profundo magistral y de primeras de Lewandowski. El polaco buscó la carrera de Lamine Yamal, que encaró y destrozó a Tchouaméni antes de definir con un latigazo pegadito al palo para poner el 1-1 en el electrónico.

Después de una entrada incomprensible de Camavinga sobre Gavi dentro del área, Lewandowski transformó, VAR mediante, la pena máxima, adelantando al Barça, henchido de energía. Inmediatamente después, Raphinha asestó un durísimo mazazo en el orgullo blanco gracias a un envío kilométrico de Koundé, que encontró la carrera del brasileño al espacio generado por la siesta de Lucas Vázquez y Tchouaméni. El extremo del Barça cabeceó sin piedad para aumentar la renta culé y dejar casi hundido al Real Madrid.

En la última jugada de una larguísima primera parte, el cuero acabó en las botas de Alejandro Balde tras perder los merengues la posesión a la salida de un córner. Como una manada de lobos, los futbolistas del Barça cargaron hacia el área rival, y el lateral izquierdo aplicó el cuarto correctivo culé.

El pistoletazo de salida del segundo tiempo fue un tiro de Rodrygo contra el poste, que aprovecharon los eventuales campeones para montar otro contragolpe con muchísimo espacio. Raphinha se metió dentro del área, dejando sentado a Tchouaméni, que apareció en la foto por enésima vez, y anotando el quinto a placer.

Cumplidos los once minutos desde el ecuador del choque, Szczesny fue expulsado por una falta sobre Mbappé, que se iba solo hacia la meta azulgrana. Rodrygo recortó distancias a balón parado con Iñaki Peña aún frío, y los blancos quisieron tirar de épica, pero fueron incapaces.

Con más rabia que fútbol, estrategia o ímpetu, el Real Madrid buscó el tercer gol. Ancelotti introdujo varios cambios ofensivos, retirando a algunos de los amonestados —Lucas Vázquez, Tchouaméni o Vinícius— para dar espacio a los Modric, Brahim o Ceballos, que tampoco encontraron espacios ni situaciones de superioridad ante un Barça varios órdenes de magnitud más organizado, incluso con diez hombres sobre el césped.

La última media hora, anquilosada y plúmbea, sirvió como la cruz de un encuentro frenético en sus primeros dos tercios. Sin más ocasiones reseñables de un Madrid que bajó los brazos demasiado pronto, el Barcelona estalló en júbilo, festejando su primer título desde la Liga de Xavi Hernández, y el primero con Hansi Flick a los mandos.