Zona Satelite!!

El Fútbol Club Barcelona quería dejar atrás el mal sabor de la derrota en Dortmund, sin consecuencias gracias a la fantástica ventaja conseguida en la ida, y fue capaz de imponerse al Celta de Vigo en un vibrante choque por la jornada 32 de LaLiga EA Sports.

Hansi Flick dio descanso a Lamine Yamal y mantuvo a la inmensa mayoría de titulares para recibir a un rival al que elogió en rueda de prensa, aunque no más que Claudio Giráldez cuando le preguntaron por las virtudes del actual líder. Mientras que los culés afrontaban el duelo como una oportunidad ideal para aumentar la renta con el Real Madrid de forma provisional, la escuadra visitante llegaba a la Ciudad Condal con la ilusión de -al menos- emular el empate de la ida (2-2).

Robert Lewandowski probó fortuna con un tiro desviado en los compases iniciales de un partido que no tenía un dominador claro, ya que el Celta acostumbra a mimar el esférico y no iba a renunciar a las posesiones largas. Esta es, sin lugar a dudas, una efectiva estrategia de defensa para coger aire en los envites frente a los gigantes del balompié. Correr detrás del balón a lo largo de todo el encuentro no suele ser la mejor las ideas.

Intercambio de golpes

El Barcelona golpeó antes de alcanzarse el cuarto de hora por medio de Ferran Torres, que protagonizó una fantástica conducción por el balcón del área y se atrevió con un disparo cruzado que no pudo detener Vicente Guaita. Pero la alegría fue muy efímera en Montjuïc, ya que Borja Iglesias devolvió las tablas de forma casi inmediata al culminar una brillante acción colectiva, con un pase todavía mejor de Pablo Durán, en la cual la zaga culé y Wojciech Szczęsny quedaron en evidencia.

El Panda volvió a disfrutar de una situación similar a la anterior, pero el meta polaco salió con premura y cerró espacios. Toque de atención para un plantel que volvía a hacer aguas por la banda izquierda, zona en la que también irrumpió Ilaix Moriba para examinar al exmeta de la Juventus de Turín, obligado a reaccionar por partida doble debido al remate posterior de Iker Losada. Entretanto, los blaugranas llegaban con mayor frecuencia y menor nitidez.

Hambre de gol

Pese a que las sensaciones eran buenas, Giráldez optó por introducir una modificación y cambiar el sistema tras el paso por vestuarios (Mingueza, canterano de La Masía, reemplazó a Losada). Y no le salió nada mal: Durán avisó en una gran jugada individual que rechazó Szczęsny y, poco después, Borja aprovechó la falta de comunicación entre Iñigo y De Jong para castigar a los catalanes en una tarde con sol y lluvia en el Estadi Olímpic Lluís Companys.

La respuesta del técnico germano fue la esperada: dar entrada a Lamine Yamal y a Dani Olmo. A corto plazo, sin embargo, no evitó que el ariete cedido por el Real Betis certificara su particular hat-trick tras un despeje casi inofensivo de la defensa celeste. Desdibujados atrás los locales, de repente vieron cómo el marcador era de 1-3. Y restaba algo menos de media hora para llegar a la conclusión. Cuenta atrás para la remontada.

Éxtasis total

Cuando hay talento sobre el césped, nunca puede darse nada por hecho. Y lo ocurrido este sábado fue una prueba más: doble zarpazo mediante el recién ingresado D. Olmo y R. Dias. El propio extremo brasileño firmó una brillante asistencia al internacional español y luego batió a Guaita con un buen testarazo a pase de Lamine. Pese a ello, sobre todo después de superar el chaparrón, los vigueses seguían rondando el área contraria.

Si ya la jornada estaba siendo tensa para los hombres de Flick, la lesión de Lewandowski -pidió el cambio tras llevarse la mano a la zona del isquiotibial izquierdo- ensombreció un día inolvidable para la afición. Aunque la realidad es que el guion podría haber sido opuesto si Mingueza hubiera enviado el cuero a la red en un testarazo franco cuando ya se anunciaban los ocho minutos de añadido, el penalti de Yoel sobre Olmo dio pie al definitivo 4-3, obra del citado Raphinha.