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Del atoramiento al descorche

Iniciado por melli77, Dic 08, 2024, 09:36:04

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El Real Madrid derrotó al Girona por 0-3 en la jornada 16 de Primera División. Los de Carlo Ancelotti fueron inferiores durante una primera mitad en la que, de todos modos, se adelantaron gracias a un gol de Jude Bellingham. Pasaron del atoramiento al descorche. En el segundo acto, mejoraron y ampliaron su renta con dianas de Arda Güler y Kylian Mbappé, aunque la tardanza de su estratega en los cambios se saldó con dos lesiones más, las de Jude Bellingham y Ferland Mendy.

El Real Madrid subió un peldaño más en su escalada hacia el liderato, una senda en la que depende de sí mismo, con una contundente victoria frente al Girona este sábado por la noche. Los de Carlo Ancelotti ganaron por 0-3 y saborearon buenas noticias como la vuelta de Kylian Mbappé a los marcadores, la certeza de que un triunfo más bastará para rebasar al Barcelona o un partido casi al completo por parte de Arda Güler, que siguió ganando confianza aunque no destacara demasiado y se va desligando de su imagen de perpetuo suplente.

En contraste, los 'merengues' volvieron a airear las sensaciones que, en Anfield y en San Mamés, se tradujeron en derrotas. Los de Míchel fueron superiores en una primera mitad de atoramiento por parte de la expedición de Concha Espina. Aunque Carlo Ancelotti refrescó su pizarra con una suerte de 4-2-3-1 abierto que sugería que iba a atacar a los catalanes abriendo mucho el campo, la diferencia la talló la calidad individual de su plantilla.

En concreto, Jude Bellingham cambió el rumbo del encuentro en el minuto 36. Durante la media hora inicial, las mejores y casi las únicas oportunidades potables habían sido para los anfitriones, a los que les faltó una pizca de pólvora para haberlo aprovechado. Un tiro de Bryan Gil que salió, por dos palmos, de la escuadra de Courtois, un envío de Van de Beek que no alcanzó, un tiro arriba del neerlandés...

El carrusel de ocasiones evidenciaba que el Girona estaba mereciendo más, pero, al fin y al cabo, el fútbol se decide por los goles, una destreza en la que el Real Madrid se mostró mejor para cosechar los tres puntos. Su '5', en la muesca del cronómetro mencionada en el párrafo anterior, recibió un mal despeje de Miguel Gutiérrez tras un envío raso de Brahim Díaz y, de un poderoso derechazo, coló la pelota entre las piernas de Gazzaniga.

Con esta diana bajo el brazo, los blancos descorcharon una imagen más fluida. Para el segundo acto, se apoyaron en amasar la pelota, lo que aumentó su dominio del partido porque, en el primer periodo, su propuesta se estaba basando en una presión alta que, si bien generó alguna que otra pérdida en derredor del área local, produjo más espacios de los que Ancelotti imaginaba a la espalda de su línea defensiva.

Míchel, que domina un despliegue posicional líquido, sin posiciones fijas, lo explotó permitiendo que los suyos se movieran con un grado de libertad no absoluto, pero sí destacable. Así, se dieron situaciones como una aparición de Van de Beek a la espalda de Ferland Mendy que nadie anticipó para uno de los tiros que podrían haberse transformado perfectamente en el 1-0. Entretanto, la única contestación 'merengue' era un catálogo de tiros tan lejanos como mansos.

Gazzaniga, poco a poco, vio cómo el trabajo se le acumulaba. Solventó bien varias de las amenazas del Madrid como cuando expuso las palmas de las dos manos ante un latigazo de Brahim desde la frontal o extendió el brazo derecho todo lo que pudo para desviar un testarazo a bocajarro de Aurélien Tchouaméni. Por acumulación, no pudo, al final, contener cada internada que le retaba y acabó por encajar dos goles más.

El primero nació de las botas de Arda Güler, que protagonizó, curiosamente, una jugada que se esperaba que Mbappé editara unas cinco veces por partido desde su fichaje. Esprintó a la espalda de la zaga del Girona, recibió un pase en profundidad, raso, de Bellingham, y lo trasladó al fondo de las mallas con un latigazo cruzado. La génesis de la triangulación fue Luka Modric. El '5' era consciente de ello y, antes de felicitar al turco, le dio las gracias al croata.

Más adelante, Mbappé se reencontró con el gol en uno de los momentos en que habría sido más comprensible que no lo anotara. Modric le facilitó el cuero hacia el costado derecho de la caja contraria y, aparentemente sin ángulo o, como mínimo, delante de un Gazzaniga que ocupaba casi toda su línea de visión, le venció raseando un esférico potente y rápido. El guardameta alcanzó a rozarlo con la punta de los dedos de la mano diestra en vano.

El galo, que había visto la tarjeta amarilla después de que el árbitro pitara el descanso por protestar una posible falta de Bryan Gil antes de un saque de esquina en su contra, cometió una infracción por mano que algunas críticas entienden como valedora de su segunda amonestación. En un mal control de Iván Martín en el círculo central, avanzó hacia él con la mano hacia delante para cuerpear, pero, como el cuero rebotó justo delante, acabó dando en su brazo.

Entonces, la pelota salió despedida hacia delante como si de un autopase se tratara y, en el uno contra uno con Gazzaniga, falló mandando el balón demasiado a la derecha, directo a las vallas publicitarias. El colegiado no tardó en anular la jugada porque estaba a la espera de su resolución por si señalaba la mano y esta no lo era. Interpretó su involuntariedad como exención de cartulina roja, así que el '9' continuó en el mismo césped en que obraría la sentencia.

Los cambios tardíos siguen dando disgustos

Una de las señas de identidad de Carlo Ancelotti como entrenador son los cambios tardíos. El estratega italiano tiende a mantener el bastidor de su apuesta inicial prácticamente hasta que los partidos han terminado, lo que, en una temporada repleta de compromisos como esta, está causando cierto impacto en el cansancio de sus jugadores. En Girona, Jude Bellingham y Ferland Mendy abandonaron el terreno de juego con molestias.

La primera sustitución de su técnico se dio en el minuto 61 y por obligación, pues fue cuando ordenó a Dani Ceballos ocupar el espacio del británico. Su siguiente decisión tuvo lugar en el 81' y también de manera coyuntural: seleccionó a Fran García para recomponer su lateral ante los problemas del francés. Aprovechó la ventana, eso sí, para dar entrada tanto a Raúl Asencio como a Endrick, que dispuso de un mano a mano malogrado por una gran entrada de Krejci.

Ya en el 89', hizo debutar a Daniel Yáñez por Arda Güler, con lo que agotó las cinco cartas de las que disponía. Si bien, en el banquillo opuesto, Míchel tan solo intercambió a tres de sus piezas, o sea, dejó tres pausas sin aprovechar, la enfermería 'merengue' viene de meses de ingresos constantes de futbolistas de la talla de Vinicius Júnior, Éder Militão o Eduardo Camavinga. Además, la Intercontinental y la Supercopa están a punto de unirse a los compromisos ligueros y de Champions.

El propio Ancelotti, con argumentos de peso, se ha quejado, en distintas ruedas de prensa, de cómo la FIFA ha llenado la campaña de partidos, lo que entiende que perjudica la salud de los jugadores. En paralelo, eso sí, tiende a solo acometer sustituciones cuando es estrictamente necesario y, en la victoria de Montilivi, esta sección de su libreto le obligó a anotar dos molestias más a una página que empieza a ser un pergamino.

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