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Pasta térmica ¿que es esto, para qué sirve y por qué es tan importante?

Iniciado por Serjey, Nov 15, 2014, 12:23:22

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Serjey

La pasta térmica se usa en cualquier ordenador personal en la actualidad, así como en muchos otros dispositivos que utilizan cualquier tipo de procesador. Una masilla vital para que nuestros ordenadores se mantengan con vida durante muchos años.

La pasta térmica es una de masilla que puede presentarse en múltiples formatos, donde el más común es una especie de líquido muy denso y espeso. Generalmente tiene un color metálico debido a sus componentes, aunque también hay otras variantes que presentan una tonalidad blanca y distintos tipos de envasado, bien en jeringas, tubos o botes para usos más profesionales debido a su gran contenido, teniendo en cuenta que para un procesador necesitamos algo así como el tamaño de un garbanzo aproximadamente.

 

La principal característica de la pasta térmica es ofrecer una alta conductividad térmica, razón para su uso: se aplica entre la superficie superior del procesador y la superficie de contacto del disipador. Su finalidad es la de "mover" el calor del primer componente al segundo, aunque además, dado que solemos hablar de superficies metálicas, existen irregularidades que son tapadas por la pasta para lograr un mejor contacto entre ambas partes.

En definitiva, el fin de la pasta térmica es servir como elemento físico intermediario entre el procesador (generalmente CPU, aunque también otros chips) y el disipador, para que el calor generado por el primero pueda moverse a lo largo de la pasta térmica y llegar al segundo que, a través de sus ventiladores, lo enviará al exterior.
Componentes de la pasta térmica

Aunque este apartado es más una cuestión química que de electrónica o hardware, vamos a dar unas pequeñas pinceladas sobre cuál es la composición de la pasta térmica.

En primer lugar es necesario discriminar entre los diferentes tipos de pasta térmica, entre los que podríamos decir que dos de ellos son los más comunes: las basadas en componentes cerámicos y las basadas en componentes metálicos.

Las primeras, las pastas térmicas cerámicas (las blancas), se caracterizan por tener precisamente un color blanquecino. Su composición se basa en polvo de cerámica en suspensión sobre una mezcla de líquido, generalmente una especie de silicona. Se trata de una pasta térmica barata y básica que suele encontrarse a la venta en tiendas especializadas en electrónica, aunque no recomendaría su uso en componentes de ordenador debido a que las temperaturas que recogen los componentes hardware de un ordenador suelen ser exageradamente altas.

Debido a ello se necesita algo más, y aquí entra en juego el segundo tipo: la pasta térmica metálica. Al igual que la cerámica, se parte de una base de una especie de silicona a la que se le añaden metales como aluminio o plata que ofrecen una conductividad térmica mucho mayor que la cerámica. Son más caras, pero ideales para soportar las altas temperaturas de un chip de ordenador.

Existen muchos otros tipos de pasta térmica, aunque estos dos de aquí arriba son los más comunes. También es posible encontrar pasta térmica de cualquiera de los dos tipos con pegamento, nada recomendable para servir junto al disipador y a un procesador de ordenador.
Razones para cuidar la pasta térmica de tu ordenador

Cualquier ordenador de sobremesa o portátil actual hace uso de pasta térmica, que aunque nunca la hayamos visto se esconde tras el disipador de la CPU. Lo mismo ocurre con la tarjeta gráfica, donde la GPU (Graphics Processor Unit, similar a la CPU pero en la tarjeta gráfica) necesita de este viscoso elemento para conducir el calor hacia el ventilador y disipador. Y no me olvido de algunos chipsets que en ciertos modelos de placas base también utilizan un pequeño disipador (activo, es decir con ventilador, o bien pasivo) para extraer el calor.

(Ejemplos de limpieza y aplicación de pasta térmica en tarjetas gráficas)
 

CPU, GPU y chipset, estos son los tres elementos de un ordenador doméstico que usualmente utilizan pasta térmica que, al tener una base líquida (más bien viscosa, como ya he dicho anteriormente), tienen una pequeña parte de agua que puede evaporarse con el paso del tiempo y dar lugar a una masa sólida. Generalmente suele ocurrir tras varios años de uso, aunque dependiendo de las circunstancias y de la calidad de la pasta térmica también puede ser algo antes.

Esta masa sólida rompe completamnete la finalidad de la pasta térmica, que es la de rellenar los huecos existentes entre el procesador y el disipador y que aparecen con el paso del tiempo, debido por ejemplo a la expansión y contracción de los materiales con los cambios de temperatura. Por ello es importante que la pasta térmica esté en perfecto estado durante todo su período de vida.

Si una pasta térmica está en buen estado proporcionará una buena conductividad térmica entre procesador y disipador, haciendo que el calor se mueva correctamente al segundo. Si está en mal estado el calor se quedará en el procesador, provocando un sobrecalientamiento que en ocasiones límite puede dar lugar al malfuncionamiento del chip e incluso a su deterioro físico. Por ejemplo, los límites físicos de una CPU están entre 95 y 110 grados centígrados, momento en el cual el fabricante no garantiza lo que le pueda ocurrir al chip desde el punto de vista físico. Lo más usual es que los circuitos internos se quemarán debido al intenso calor, teniendo que tirar a la basura el componente.
¿Cómo saber si la pasta térmica está en buen estado y cómo cambiarla?

Difícil pregunta si no queremos mancharnos las manos. Lo más sencillo que podemos hacer es monitorizar las temperaturas de nuestro ordenador, teniendo en cuenta la temperatura ambiente y estudiando los incrementos producidos con el paso del tiempo bajo las mismas circunstancias: el ordenador encendido durante media hora y sin ejecutar ningún proceso, por ejemplo, con los ventiladores funcionando a las mínimas revoluciones y con una temperatura ambiente fija.

Sin embargo esto suele ser una tarea algo tediosa que requiere que estemos atentos durante muchos meses para tomar las temperaturas, almacenarlas y organizarlas. Es mucho más fácil reemplazar la pasta térmica cada cierto tiempo, bien llevando nuestro equipo a un servicio técnico o bien (y sólo si estás habituado a estas cosas) haciendolo tú mismo con la ayuda de tutoriales o consultándonos a nosotros.

Conclusiones


Los ordenadores son estufas de calor producido por sus chips, y ese calor hay que sacarlo de alguna forma. Para ello son de gran ayuda los disipadores que, junto con los ventiladores, extraen el aire caliente hacia el exterior de la caja.
Pero entre los chips y los disipadores está la pasta térmica, un componente líquido algo espeso y viscoso que generalmente es uno de los grandes olvidados de nuestro ordenador. Es de gran importancia que la pasta térmica esté en buen estado de funcionamiento, ya que es la encargada de "mover" el calor hacia el disipador que, a su vez, es el que lo saca al exterior. Personalmente recomiendo reemplazar la pasta térmica de forma anual en un proceso generalmente sencillo, pero en el que estaremos tratando con componentes frágiles con los que hay que tener el máximo cuidado.


Fuente: xakata.com  Editado by Serjey
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