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El Celta de Vigo se sobrepuso a la gran primera parte del Betis, que se marchó al descanso con un 0-2 a favor, para remontar un encuentro cimentado en A Madroa y en el banquillo.

El Celta de Vigo está de vuelta. Eran mejores las sensaciones que los puntos llevados, pero en esta ocasión se llevó la victoria ante un Betis que pagó cara su irregularidad y se marchó de vacío de Balaídos.

Fue una remontada de corazón, de creer que con el 0-2 el encuentro no estaba terminado. Y así fue, pues en cuestión de un minuto, el encuentro se quedó en un empate que rompió el conjunto celeste al final.
Antony pone la música

El Betis ha acertado con los fichajes. O al menos, con uno de ellos a la espera de ver al segundo. Antony se parece cada vez más al que deslumbró en el Ajax y no al que aterrizó en Old Trafford. De hecho, por segundo partido consecutivo se ha llevado el premio a mejor jugador del encuentro, pese a marcharse con una derrota hoy.

Isco, siempre con el balón en los pies y con el campo en su cabeza, se dedicó a encontrar una y otra vez al brasileño, a sabiendas de que por ahí podía llegar el peligro. Pero también por la izquierda, por medio de un Jesús Rodríguez que ha llegado para asentarse en la primera plantilla.

Se hizo gigante el Betis especialmente a balón parado. Por ahí llegaron las ocasiones de mayor peligro y por ahí llegó el 0-2. Pero antes, Antony demostró que no ha venido de vacaciones y se sacó uno de esos disparos que recuerda al más puro Ronaldinho, con un golpe de tobillo en el área. Y quién iba a decir que ese no iba a ser el mejor gol de la tarde.

Llorente cabeceó en línea de gol un nuevo córner mal defendido por el Celta y tanto Bakambú como Jesús Rodríguez pudieron sentenciar el encuentro, pero se encontraron con una madera que les negó el gol.
Creer y ganar

El 0-2 reflejaba la diferencia entre ambos conjuntos, pero sabía el Celta que aún quedaba la mitad del partido. Confió Giráldez en su once nada más salir de vestuarios, pero no fue hasta que hizo los primeros cambios cuando el acierto apareció.

Hasta entonces, el cuadro celeste se había hecho con el balón en la segunda mitad pero le faltaba profundidad. Mientras Balaídos rugía en cada acercamiento, el Betis se empequeñeció. Y en cuestión de un minuto, el marcador ya reflejaba el empate en el marcador. Echó el culo atrás el conjunto de Pellegrini y lo acabó pagando con la derrota. Primero con el gol de Fran Beltrán, un golazo directo a la escuadra que hizo creer hasta al menos creyente.

Noqueado por el 1-2, el Betis vio cómo el empate llegaba sin apenas respiro. Una gran jugada del Celta, made in A Madroa, acabó con un remate de Pablo Durán que remachó en línea de gol Javi Rodríguez para mandar un mensaje, en Balaídos no se rinde nadie esté quien esté enfrente.

El partido parecía abocado a un empate que, dentro de lo malo, satisfacía a todos. El Celta se hacía con un punto tras ir perdiendo 0-2 y el Betis no se iba con una derrota. Pero ese plan no lo entendió Swedberg, que se hizo el sueco y que había hecho de enganche en toda la segunda mitad hasta aparecer en el momento y sitio justo, en el área para dar la victoria al Celta.

Los de Giráldez consiguen algo más que tres puntos, consiguen una victoria de autor, de esas que hacen creer que el camino de Giráldez es el idóneo. El Betis, a la espera del Cucho, mostró una cara A y una cara B que le deja lejos de Europa.