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El Barcelona derrotó al Stade Brestois por 3-0 en la 5ª jornada de la fase de Liga en la Champions League. Los de Hansi Flick, después de las turbulencias contra la Real Sociedad y el Celta de Vigo, volvieron a su rutina de fiabilidad. Se motraron claramente superiores al equipo que había reivindicado la vitola de sorpresa de la temporada en Europa y, con goles de Robert Lewandowski -doblete- y Dani Olmo, cumplieron.

El Barcelona no dio lugar a la sorpresa en la vuelta de la fase de Liga de la Champions League. Por la 5ª jornada, recibía al Stade Brestois, que venía de 4 partidos contados por 3 victorias y un empate y, en merecida consecuencia, viajaba a España con una vitola digna de respeto. Pocos esperaban el rendimiento de los franceses, que se han resentido en la Ligue 1, pero más cuando se vieron las caras con el equipo de Hansi Flick.

Los azulgranas se impusieron por un 3-0 tan contundente como justo para con lo visto sobre el terreno de juego. Su superioridad resultó evidente durante prácticamente toda la cita. Tan solo hubo un espacio para el protagonismo galo en los compases iniciales, cuando el clima era de igualdad, de alternativas. A los 10 minutos, este guion se quemó por un pase dulce de Pedri González hacia Robert Lewandowski en el área rival.

El polaco recibió la pelota de espaldas al portero, Marco Bizot, y la controló con el pecho. El guardameta, que había salido a despejar, se pasó de frenada y chocó con la espalda del delantero, que cayó de bruces. El árbitro penalizó la temeridad del guardameta, que no le protestó, con una pena máxima que el propio accidentado se encargó de materializar. Su definición, marca de la casa, se basó en una 'paradinha', una mirada para comprobar que el cancerbero se vencía a su derecha y un tiro al otro espacio para abrir la lata.

Aunque la estadística lo niegue, a Pedri se le podría contabilizar una asistencia, aunque sea en espíritu, para este 1-0. La numerología no quiso premiar su exhibición, que no se detuvo con este acierto. Desplegó un maletín de recursos en el manejo del cuero, en la detección de desmarques y en el envío de esféricos precisos que no le debe nada a los guarismos. Basta un par de ojos para comprobar que esta noche fue, probablemente, su mejor actuación de la temporada.

El Stade Brestois, peleón en los minutos de comienzo, dio un paso atrás con el gol de Lewandowski. Quizás, Éric Roy, consciente de que los suyos están prácticamente clasificados para los 'play offs' y eso es un gran triunfo para ellos, priorizó un partido de calma a fin de no alocar su desarrollo y arriesgarse a encajar más dianas. Aun así, sufrió dos más, una de Dani Olmo en el 66' y otra de 'Lewy' para sentenciar en el tiempo de descuento.

Antes, eso sí, el Barcelona contó con oportunidades claras para haber ampliado su renta en ese espacio entre la primera diana y la segunda, un lapso de más de 50' en los que la falta de resolución por parte de los 'culés' y varias intervenciones de mérito de Bizot explican por qué no se dieron más tantos. Quien más lamentó este tramo fue Fermín López, que se escapó de la defensa con diversos desmarques y, tanto de cabeza como con los pies, no pudo agujerear las redes.

Olmo sí que degustó estas mieles aunque se mostrara un poco menos que su compañero en ataque. Bien entrada la segunda mitad, recibió un pase raso de Gerard Martín, lo paró, se fue de Chardonnet con un túnel y superó al portero por lo bajo. El lateral con el dorsal 35, en un sello más que La Masia debe celebrar como denominación de origen, estuvo más que correcto y propuso muchos centros afilados.

Su homólogo Alejandro Balde, que le sustituyó cuando quedaban algo más de 10 minutos para el final, se apuntó una asistencia también cuando le pasó el cuero a Lewandowski en el corazón del área y le vio maniobrar con él delante de un par de zagueros para, con el interior de la diestra, redirigirlo al palo largo con maestría. 101 goles reposan ya en su buchaca, una que solo es comparable con las de Leo Messi y Cristiano Ronaldo en la Champions League.

Sin Lamine, fin a las dudas y formato dominado

Ampliando la mirada sobre la victoria del Barcelona contra el Stade Brestois, emergen conclusiones paralelas a lo ocurrido directamente sobre el césped. La principal es que los de Hansi Flick olvidaron las malas sensaciones de la derrota contra la Real Sociedad y las tablas frente al Celta de Vigo en la Liga. Volvió el ritmo de octubre, donde se registraron los mejores momentos de lo que va de mandato para el alemán.

Además, este manotazo a las dudas se produjo con Lamine Yamal en la grada. El campeón de Europa con la Selección Española ya es una realidad tan de relieve que se le considera una pieza fundamental en el esquema de su entrenador a pesar de que solo ha visto 17 primaveras. En la noche de este martes, la plantilla demostró que tiene talento y mecanismos de sobra para disfrutar de él sin entenderle como imprescindible.

Otro punto de vista que ensalza el triunfo de los azulgranas es su dominio del nuevo formato de la Champions League. El primer criterio de desempate en la clasificación única que la UEFA ha aplicado es el diferencial de goles. Actualmente, Montjuïc presume de un +13 al que no se acerca nadie. En los encuentros de este miércoles, quienes más opciones tienen de arrimarse son el Liverpool (+9) y el Borussia Dortmund (+7), pero difícilmente registrarán tres puntos fruto de una distancia de 4 o 6 dianas, respectivamente.

Esto quiere decir que, con lo congestionado de la tabla y tan solo tres compromisos por delante, el Barcelona tiene casi garantizada prioridad si se dan tablas antes del reparto de boletos para las eliminatorias. Aunque el corte es holgado y los ocho primeros estarán en octavos de final, una afición que está disfrutando, al fin, después de tantas heridas europeas sanará mucho mejor si el liderato nacional se extiende al continente.