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El Mallorca consiguió un punto de oro en la visita del Athletic, que desaprovechó una superioridad numérica desde el minuto 23. El cuadro rojiblanco, al que le anularon 2 goles - los 2 a los Williams-, se topó con un férreo cuadro bermellón, que realizó un gran ejercicio de supervivencia.

Puntazo de oro del Mallorca. El cuadro bermellón, con uno menos desde el minuto 23 por la expulsión de Samú Costa, sacó a relucir su manual de resistencia para amarrar un empate ante el Athletic (0-0). El conjunto rojiblanco, al que se le puso el partido de cara, recurrió a los hermanos Williams para llevarse el botín, pero a cada uno le anularon un gol por fuera de juego.

Jagoba Arrasate exprimió hasta la última gota de sudor de sus jugadores, que supieron sufrir ante un rival con mucha presencia en campo contrario. Greif también tuvo parte de culpa, ya que estuvo acertado cuando peor lo estaba pasando su equipo. Un punto insuficiente para los 'leones', que soñaban con los puestos Champions, y un punto valiosísimo para el conjunto isleño por cómo se le complicó el encuentro.
Cambia el plan

Mallorca y Athletic, conscientes de que tenían la oportunidad de meterse en Liga de Campeones, saltaron al campo decididos a por la victoria. No obstante, el que salió más enchufado fue el cuadro bermellón, que puso en serios aprietos al equipo rojiblanco. De hecho, la primera ocasión la protagonizó Muriqi a los 2 minutos.

El kosovar abrió en la banda a Maffeo y el defensor, que vio con el rabillo del ojo la entrada al área de su compañero, buscó un centro raso al segundo palo. El delantero remató de primeras con la izquierda y vio cómo Agirrezabala metió el pie para evitar un gol cantado.

Conforme pasaron los minutos, los 'leones' igualaron las cosas hasta que Samú Costa cambió el partido por completo. El portugués, en cuestión de 10 minutos, dejó a su equipo en inferioridad por dos entradas muy duras sobre De Galarreta. En la primera le clavó los tacos en la tibia y en la segunda le pisó.

Con un hombre menos en el campo, Arrasate tiró de Omar Mascarell para fortalecer el centro del campo y quitó a Larin, que se marchó del césped con cara de pocos amigos. El plan se trastocó y a todo el equipo bermellón le tocó arrimar el hombro para intentar resistir casi 70 minutos. El Athletic se hizo con el control y metió el miedo en el cuerpo de su rival en la recta final del primer acto.

Nico Williams, bordeando el descanso, adelantó momentáneamente a los rojiblancos. Pelotazo en largo de Yeray a Iñaki, que llegó muy forzado a línea de fondo tras un mal control. Nico, en una posición inmejorable, empujó el cuero a la red y abrió el marcador. Sin embargo, el VAR avisó a Martínez Munuera de que la pelota salió previamente y el trencilla invalidó el tanto.

Ejercicio de resistencia

Tras la reanudación, el Athletic siguió con el mismo plan y llevó el peso del partido. El único pero era el ataque, ya que no generó un gran peligro hasta bien avanzado el segundo tiempo. El 'Txingurri' Valverde no lo vio nada claro y movió ficha dando entrada a Berenguer y Djaló, que cogieron el testigo de Sancet y Guruzeta.

Pese a tener más artillería en ataque, el conjunto rojiblanco no fue capaz de hacer pupa a los bermellones. Y cuando lo conseguía, era en fuera de juego. A los 75 minutos, Yuri colocó una pelota medida al primer palo, Greif tocó, rebotó en la pierna de Iñaki Williams y acabó dentro. El juez de línea levantó la bandera 'ipso facto' para invalidar el tanto a los 'leones'.

Esa acción impulsó al Athletic para ir con todo a por la portería contraria. Nico, que tenía en la cabeza la imagen del gol anulado, tiró una rosquita pisando el área y el balón impactó en la madera. La jugada continuó y Berenguer, con un disparo con la derecha, se quedó a centímetros de marcar.

Acto seguido, Greif fue el le negó el gol al equipo vasco tras un cabezazo de un compañero. El eslovaco realizó una gran intervención y Arrasate respiró aliviado en el banquillo. Ya en los últimos instantes, Ander Herrera probó fortuna desde la frontal con un disparo que se marchó cerca del palo.

Son Moix celebró por todo lo alto un punto que a todo el mallorquinismo sabe a oro, mientras que para el Athletic supuso un jarro de agua fría para sus aspiraciones de Liga de Campeones.