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UBICACIÓN EXACTA

Iniciado por papo1, Dic 28, 2020, 16:53:34

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EL GLACIAR MÁS GRANDE DE EUROPA ESTÁ EN ISLANDIA
Viaje a un gigante de hielo que es mucho más que una lengua helada: es un paisaje repleto de maravillas volcánicas y esculturas naturales.
Josan NL
Josan Ruiz
Geógrafo y ex director de Viajes National Geographic

ACTUALIZADO A 17 DE JUNIO DE 2024


Se diría que los antiguos noruegos intercambiaron sus nombres al bautizarlas: ni Groenlandia es la "tierra verde", ni Islandia "la tierra del hielo". Pero ese error se le podría atribuir al inmenso glaciar Vatnajökull, el coloso que domina al sudeste de Islandia y que ocupa el 8% de ese verde país.

"Nací en una granja a los pies de un inmenso glaciar, el Vatnajökull. Un glaciar es frío por naturaleza y su aliento a menudo helaba mis mejillas. Pero cuando el sol lo acariciaba con sus rayos, su manto de colores cambiaba como la piel de un camaleón: enrojecía con los tonos cálidos o se tornaba amarillo como mantequilla. Bajo el glaciar fluían torrentes de un gris ratón. Mas también mudaban de color y se volvían azul cielo vistos desde una distancia adecuada". El pintor islandés Svavar Gudnason (1909-1987) evoca así su infancia junto al mayor glaciar de Europa.

 

Gudnason fue uno de los impulsores del movimiento Cobra, una escisión del surrealismo cuyos vívidos trazos y colores influirían en la obra de Joan Miró y del grupo catalán Dau al Set. La indomable naturaleza islandesa fue su gran fuente de inspiración. En las capitales del continente, Gudnason se sentía a merced del viento de la moda. En Islandia, cualquier pequeña aldea junto a un río flanqueada por el espíritu de un glaciar le deparaba una visión del universo entero.

 


EL MAYOR GLACIAR DE EUROPA
El Vatnajökull despierta pasiones, pero no solo entre artistas. Cada verano, miles de personas acuden desde muy lejos para admirar sus lenguas de hielo desparramándose por las praderas, los arenales o los campos de lava del sudeste de Islandia. Para ello han de afrontar las lluvias, dormir en tiendas, simplificar las comidas, exponerse a la intemperie... requisitos frecuentes de la visita a ese santuario natural.Los viajeros lo saben y asumen su condición de peregrinos modernos, cautivados de antemano por esa blanca inmensidad.

 

En el Vatnajökull todo es gigantesco. Con una superficie de 8.100 km2, podría cubrir con holgura la comunidad de Madrid o la provincia de Barcelona. Su espesor medio es de 400 metros y su enorme masa (3.000 km3) supera a la de todos los demás glaciares de Europa juntos, incluido el resto de los islandeses. Solo en Groenlandia y la Antártida se hallan casquetes de hielo similares.

 

La puerta de entrada a ese universo suele ser el Parque Nacional de Skaftafell. Y esa es otra peculiaridad del Vatnajökull: se accede a él sin subir puertos de montaña, sin un solo zigzag del sendero, pues su amplio frente sur está próximo a las playas. Hah que tener presente sin embargo que el Vatnajökullno es un glaciar que serpentea por un valle, sino un enorme escudo de hielo que recubre una altiplanicie montañosa. Las cumbres más altas de Islandia forman su base y rasgan ocasionalmente su gran manto blanco, como el Hvannadalshnjúkur (2119 m) o el Bárdarbunga (2020 m). Esas crestas son un imán para la lluvia, sobre todo en la vertiente sur, abierta a los vientos del Atlántico.




EL GLACIAR CONTRA EL CAMBIO CLIMÁTICO
En Islandia la nieve no se derrite a partir de los 1050 m de altitud, ni siquiera en verano, y la elevación media del glaciar discurre por encima de esa cota; de ahí que la mayor parte de las precipitaciones que recibe el Vatnajökull permanezcan en estado sólido. Eso también determina que su cuenca receptora de nieve sea más extensa que la zona de ablación, donde el hielo tiende a fundirse debido a la menor altitud. Gracias a ello atesoró el Vatnajökull sus inmensas reservas de agua congelada. Ahora bien, ¿bastarán para garantizar su supervivencia en esta época de cambio climático? Solo en parte, pues el glaciar lleva décadas experimentando un lento retroceso. La razón es el flujo continuo del hielo, que desciende desde su elevado corazón hacia la periferia más baja y cálida.

 

Lo que suelen contemplar precisamente quienes se acercan al Vatnajökull son los glaciares de valle que emergen como patitas de esa gran masa helada. El Skeidarárjökull (jökull significa glaciar) es su emisario más grande y el bastión de su flanco sudoeste. Los ríos que brotan de él como una cabellera alimentan un delta de arenas negruzcas y movedizas: el Skeidarársandur. Para sortear ese formidable obstáculo y completar la carretera que bordea la isla fue preciso construir un viaducto de 900 m en 1974. Ya en pleno parque nacional, al Skaftafellsjökull se accede tras un paseo de media hora desde un cámping cosmopolita.



LA LAGUNA DE LOS PEQUEÑOS ICEBERGS
El Breidamerkurjökull es el más fotogénico: incluso los autobuses de línea se detienen para que los pasajeros contemplen la laguna de Jökulsárlón, donde el glaciar se desgaja en prodigiosos icebergs azulados. La laguna, que hoy casi es un emblema de Islandia, no existía hace un siglo, cuando el Breidamerkurjökull llegaba al mar. Camino de Höfn y su activo puerto pesquero se divisan sucesivamente el Skálafellsjökull, el Heinabergsjökull, el Fláajökull, el Hoffellsjökull... y así hasta completar la treintena de brazos que afloran del gélido núcleo. Cualquiera de ellos empequeñecería a sus hermanos de los Alpes.

Vatnajökull significa "glaciar del agua". Con esas esponjas terrosas se protegen los techos de las granjas tradicionales, en los que crece la hierba

El nombre se comprende al recorrer el sudeste del país. La franja costera aparece a menudo anegada por los torrentes que surgen de él. O por los innumerables ríos que alcanzan su máximo caudal en cuanto nacen y fluyen ruidosos hasta la desembocadura. Las praderas, empapadas, se transforman fácilmente en campos de turba.
 

La zona más verde de Islandia
El musgo tapiza el suelo hasta el horizonte y brilla como una esmeralda vegetal, moteado de flores como las silenes rosadas o las saxífragas blanco-amarillas. Se aconseja calzado impermeable incluso para la excursión más ligera. En este templo del agua, el cielo rara vez falta a la cita. Nubarrones bajos ocultan las cimas de las montañas y descargan su generosa ofrenda. La vertiente sur del Vatnajökull recibe entre 4000 y 7000 litros anuales por metro cuadrado. Todo un maná para los líquenes, que tiñen los campos de lava y acolchan sus pétreas rugosidades.

 

El centro del Vatnajökull es una meseta glaciar jalonada por dos promontorios, uno de unos 1.400 m en el este y otro de 1.800 m en el oeste. Entre esos dos sectores discurre una ancha depresión en sentido norte-sur. En la Edad Media los islandeses atravesaban el glaciar con sus póneys por ese pasillo para dirigirse a las zonas de pesca de Kálfafellsstadur. Hoy suele deparar un escenario para los recorridos en moto de nieve y los nuevos deportes de aventura. O para las espectaculares persecuciones de la película de James Bond Muere otro día (2002). Desde el refugio de Jöklasel (840 m), ubicado junto al Skálafellsjökull, parten la mayoría de travesías por el Vatnajökull en buggy o 4x4. Aventurarse a pie por el corazón del glaciar y ascender al pico Hvannadalshnjúkur requiere amplia experiencia en alpinismo y una voluntad a toda prueba.



Las cumbres que coronan el glaciar y forman el techo de Islandia se observan mucho mejor desde el norte, donde son más frecuentes los cielos azules. Pero para eso hay que adentrarse en una vasta meseta con vehículos y equipamiento adecuado. Estamos en el reino del desierto (öraefa), y no sería difícil imaginarse en pleno Tíbet: una altiplanicie ocre se despliega sin límites aparentes, orlada por los rebordes blancos del Vatnajökull, cual nata resbalando de una tarta, y por otros hitos nevados. Esas diferencias climáticas se plasman en la forma del glaciar.

Las prospecciones demuestran que el Vatnajökull presenta el doble de espesor en la vertiente sur que en la norte. Como eso implica una tremenda diferencia de peso, el glaciar oscila de modo similar a un balancín. En la zona sur su base está casi al nivel del mar –en ciertos enclaves incluso por debajo, debido a la enorme presión del hielo–. Mientras que hacia el norte sus ramificaciones son más cortas y se detienen a unos 700 m de altitud.


UN TEMPLO BAJO EL GLACIAR
Un destino en auge en la vertiente norte son las cuevas de hielo de Kverkfjöll. Las inferiores se ubican en el límite del glaciar, son las más espectaculares y tienen 1,5 km de longitud. Las superiores son algo más largas y sus sedimentos de riolita forman un barro sumamente pegajoso. Lo inaudito de esas cavidades es que las ha labrado un río de aguas calientes que surge de las entrañas del hielo. Los vapores sulfurosos hacen aún más surrealista el baño termal en ese antro azul celeste, ritual casi ineludible para los intrépidos visitantes.


Entre la gruta superior y el pico Kverkfjöll (1.800 m), la Sociedad Glaciológica Islandesa mantiene un refugio a gran altura desde el que se accede a la laguna de Gengissig. Se antoja un ombligo turquesa en la barriga del glaciar y se formó tras una pequeña erupción en 1960. De la lengua de hielo del Kverkjökull nace el Jökulsá á Fjöllum, el gran río que drena el corazón de Islandia y que en camino hacia el norte forma la catarata de Dettifoss –la más caudalosa de Europa– y el fascinante cañón de Asbyrgi.


El tórrido corazón del glaciar
FOTO: ERUPCIÓN DEL GRÍMSVÖTN EN 2011 (WIKIMEDIA COMMONS)
EL TÓRRIDO CORAZÓN DEL GLACIAR
Y con esto llegamos a la mayor singularidad del Vatnajökull, aparte de su tamaño: los siete volcanes activos que laten bajo su lecho. En Islandia suele darse una gran erupción cada cuatro años. La última del Grímsvötn fue en 2011 e interrumpió el tráfico aéreo en el país, así como en Groenlandia, Escocia, Irlanda de Norte, Noruega, Dinamarca y Alemania. El calor de esta caldera volcánica de 35 km2 alimenta un vasto sistema de lagos a unos 1700 m de altitud, recubiertos por una espesa bóveda de hielo. Los vulcanólogos están muy atentos a las fluctuaciones del Grímsvötn. Su erupción de 1996, acompañada de temblores de tierra, desbordó los lagos, fundió masivamente el hielo, liberó grandes bolsas de agua y provocó un jökulhlaup (inundación glaciar).

 

El río que mana del Skeidarárjökull experimentó una crecida sin parangón. Olas de entre 3 y 5 metros sacudieron su superficie y en los momentos críticos la avenida alcanzó los 50.000 m3 por segundo (cien veces el del Ebro). Unos 7 km de la carretera que cruza su lecho fueron devastados por completo. No hubo víctimas, pues los científicos habían aconsejado desalojar ese tramo de la ruta, que discurre por un paraje desértico dado que el fenómeno no es nuevo para los isleños. En la ciudad de Höfn, que es un excelente punto de partida para los recorridos guiados por el glaciar, el Jöklasyning Glacier Exhibition ofrece un vídeo de esa erupción además de magnífica información sobre su evolución en el curso del tiempo.

 

 



SVARTIFOSS, LA CASCADA CATEDRALÍCIA
Debajo de su gran edredón blanco el Vatnajökull esconde notables misterios. Bullen los volcanes, corre el agua, se funde el hielo y las rocas se desmenuzan en fina arena debido a la fricción. Cuando el agua se hiela revela una belleza hasta entonces oculta. Cada una de sus moléculas se une a otras cuatro, y el resultado es esa estructura hexagonal que vemos, por ejemplo, en los cristales de nieve. Pero también en ciertas formaciones de lava. Los recorridos por el parque nacional de Skaftafell insisten en dos destinos clásicos: el glaciar que da nombre al lugar y la catarata Svartifoss.

 

La "cascada negra" es modesta para lo que se estila en Islandia, pero brilla como una joya por su primoroso telón de fondo: unos órganos hexagonales de basalto en los que se inspira, por cierto, la fachada del gran templo de Reykiavik.

Si una colada de basalto es lo bastante amplia como para enfriarse muy lentamente cristaliza en columnas de base hexagonal. Lo más frío (el hielo) y lo más caliente (la lava) adoptan así una disposición similar a la de un panal de miel. En Skaftafell, el umbral del Vatnajökull, solo cabe reverenciar ese orden y contemplar su belleza que responde a un orden interior.


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EL AEROPUERTO JAPONÉS CONSTRUIDO SOBRE DOS ISLAS ARTIFICIALES
Inaugurado en 1994 y finalizado totalmente en 2012, se ubica a 5 km de la costa y supone una de las obras de ingeniería civil más impresionantes del mundo.
Foto MC
Mari Carmen Duarte
Colaboradora de Viajes National Geographic

ACTUALIZADO A 18 DE JUNIO DE 2024


El Aeropuerto Internacional Kansai es una obra titánica que Japón comenzó en la década de los 80 y que aún parece tener proyección de futuro. Sin embargo, sobre esta gran construcción de laBahía de Osaka planea el problema del hundimiento del terreno sobre el que se encuentra, que está siendo más rápido y mayor de lo que vaticinaron sus ingenieros. Con la terminal más larga del mundo, construido sobre dos islas y en algunos de los mejores rankings mundiales, sin duda merece la pena volar hasta este aeropuerto para vivir la experiencia de aterrizar sobre una isla artificial y, cómo no, visitar Osaka.

A mitad del siglo XX, en Osaka se dieron cuenta de la situación límite de su único aeropuerto, el Itami, que nació en 1939 para uso militar y pasó a ser de uso civil más tarde. Ubicado en los suburbios de la ciudad, esta había crecido tanto que lo envolvía por completo. Sin capacidad para crecer en tamaño y en frecuencia de vuelos, con las quejas de los vecinos más cercanos y la necesidad vital de aumentar el tráfico de pasajeros que estaban perdiendo frente a ciudades como Tokio, decidieron poner en marcha un nuevo aeropuerto. El problema era dónde.

Ante la negativa de la ciudad de Kobe a encontrar un sitio entre las dos ciudades para beneficiar a ambas, decidieron buscar un lugar lejos de áreas urbanizadas donde pudiese hacer una construcción a gran escala y operar las 24 horas. La única solución parecía pasar por aprovechar el espacio marítimo, y tras estudiar varias ubicaciones, se decidieron por la Bahía de Osaka, al sur de la ciudad.



Para ello, se tenía que construir una isla. O más bien dicho, dos. Y para crearlas se tuvieron que allanar por completo dos montañas locales de donde se extrajo toda la tierra. El resultado fueron dos islas, cada una con su pista y su terminal, a 5 km de la costa. La primera de ellas, la más grande, se empezó a construir en el 97 y tardó tres años en finalizarse. En ella se encuentra la terminal principal, la más larga del mundo, de 1,7km de longitud y diseñada por el prestigioso arquitecto Renzo Piano.

Tras inaugurarla en 1994, se puso en marcha la construcción de la segunda isla y su terminal, que se finalizaron en 2007. Para conectar esta obra mastodóntica de 4 km de largo y 2,5 de ancho con el continente se erigió un puente de 3,75 km con seis carriles de tráfico rodado y dos líneas de ferrocarril en un nivel más bajo.


Kansai airport, Osaka


Para construir ese aeropuerto teniendo en cuenta la protección necesaria contra terremotos y maremotos, se tuvo que edificar una terminal "flexible" que absorbiese el impacto, por ello está compuesta por un sistema de juntas que la rodea. SIn embargo, y a pesar del gran dique construido y todas las medidas posibles, el aeropuerto se inundó en el 2018.

Y no es el único problema que tiene que afrontar Kansai. El aeropuerto que ahora se ocupa de los vuelos internacionales, dejando los nacionales a Itami, se está hundiendo mucho más deprisa de lo que los ingenieros vaticinaron, entre 5 y 8 metros. Sin embargo, ya son 12 los metros que han desaparecido bajo las aguas, y algunos expertos estiman que, para 2056, Kansai estará totalmente sumergido en la Bahía de Osaka.


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EL CASTILLO DE GALICIA CONVERTIDO EN DESTINO CIENTÍFICO
Lugar de importancia histórica, el Castillo de Soutomaior ha estado relacionado con la medicina, la botánica, el feminismo y el arte.
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Meritxell Batlle Cardona
Redactora de Viajes National Geographic

ACTUALIZADO A 19 DE JUNIO DE 2024

En Galicia existe un lugar donde la historia, la ciencia y el arte se fusionan a la perfección. A medio camino entre Vigo y Pontevedra, se encuentra un castillo que fue el centro de poder de uno de las familias más significativas de la Galicia medieval, los Soutomaior. Aquí ocurrieron momentos históricos relevantes, fue la cuna del feminismo en Galicia, se encontraban artistas de renombre y funcionó como sanatorio de renombre.

No en vano,  en 2020, tras nueve siglos de actividad, se convirtió en destino de turismo científico de Galicia gracias a su importancia científica e histórica tras obtener el certificado Observer® como Destino de Turismo Científico en la modalidad de Jardines Históricos y de la Camelia. A través de la plataforma de destinos y servicios certificados Observer Science Tourism, expertos de diferentes ramas analizaron en una auditoría científico-técnica varios aspectos relacionados con el patrimonio natural, la conservación de la biodiversidad, las actividades de divulgación y turismo científico, personal cualificado, proyectos de investigación, información específica por temáticas científicas y restauración y alojamiento.


Castillo de Soutomaior
DE FORTALEZA A CENTRO MUSEÍSTICO
Aunque no se tienen referencias claras sobre cómo se erigió el castillo, se sabe que fue en el siglo XII y que, probablemente, fuera Paio Méndez Sorrede quien se instaló en un valle repleto de castaños, un soto, y que fueron sus sucesores quienes adquirirían el apellido de Soutomaior. Ya en el siglo XV, el castillo evolucionó de torre de defensa a fortaleza con doble recinto amurallado, en un período en el que Pedro Álvarez de Sotomayor, más conocido como Pedro Madruga, convirtió la fortaleza en su centro de operaciones en las luchas de poder en la Galicia de la época.

 

Tras una época de oscuridad como consecuencia de la revuelta de los Irmandaños, en los siglos XVII y XVIII Madruga intervino para su reconstrucción y ya en el siglo XIX, Antonio Aguilar Correa, VIII marqués de la Vega de Armijo, convirtió el castillo en su residencia de verano y construyó la Galería de las Damas y el parque y jardines. El recinto pasaría a ser así mitad fortaleza, mitad palacio neogótico residencial.

Ya en el siglo XX y tras una época de decadencia, la Diputación de Pontevedra lo adquirió en 1982 y emprendió el proceso de musealización del recinto.

UN MUSEO DONDE APRENDER HISTORIA Y BOTÁNICA
Toda esta historia queda recopilada en el museo del castillo, donde se hace un recorrido por sus diferentes funciones y etapas. Por un lado, la exposición El castillo de Soutomaior: 10 siglos en el paisaje descubre la historia del castillo desde su origen hasta la actualidad y repasa sus personajes históricos más importantes. Por otro lado, la muestra "Irmandiños": Asalto y destrucción del castillo, hace un viaje en el tiempo hasta uno de los episodios más conflictivos de la Galicia Medieval.

Ya en el exterior, el parque botánico ofrece tres recorridos distintos (bosques, viñedos y camelias), que están debidamente señalizados y cuentan con información de cada especie. Ahora, gracias a la certificación Observer®, la página web de la organización también cuenta con un recorrido interactivo que se puede seguir desde cualquier dispositivo electrónico. Para quienes busquen todavía más información, el Castillo de Soutomaior brinda la posibilidad de realizar visitas guiadas tanto en el interior como en el exterior del recinto.


 

Jardín Boránico Castillo de Soutomaior
EL PARQUE BOTÁNICO MÁS IMPORTANTE DE GALICIA
La visita por el exterior sorprende a cualquiera, ya que en sus 29 hectáreas atesora 1000 ejemplares de 127 especias y 40 familias botánicas distinas. La construcción de estos jardines empezó en el siglo XIX, cuando Vega de Armiño convirtió el castillo en su casa de veraneo y sustituyó a los maizales por castaños. Poco a poco, se incorporaron especies como los cedros del Líbano, el eucaliptos, palmeras, naranjos, jazmines y magnolias, que reposan junto a un estanque y a una fuente.

Pero el jardín tuvo su punto álgido a partir de los años 80 del siglo pasado, cuando lo adquirió la Diputación de Pontevedra y empezó a tomar la forma del parque botánico que ha llegado hasta nuestros días y que cuenta con bosques auténticos como el castaño, viñedos (de los que se obtiene el vino Pedro Madruga), árboles frutales, un jardín inglés, un jardín francés y un espacio dedicado a las camelias.


LA CAMELIA, LA REINA DEL CASTILLO DE SOUTOMAIOR
Es precisamente la camelia el principal atractivo de parque. El Castillo de Soutomaior cuenta con una colección de 300 ejemplares de camelias de 22 tipos diferentes, cifras que le llevaron a ser pionero en la difusión de esta flor de origen oriental en Galicia y a convertirse en 2012 en el primer jardín de España y séptimo de Europa en ser declarado Jardín de Excelencia Internacional por la Sociedad Internacional de la Camelia.

 

En este sentido, la camelia también ha jugado un papel importante en el certificado de Observer Tourism Science, ya que para obtenerlo es necesario que el destino tenga relación con universidades y organismos de investigación. En este caso, destaca el trabajo de Carmen Salinero Corral, doctora en Biología y responsable de la Unidad de Fruticultura y Ornamentales de la Estación Fitopalóxica do Areeiro que preside desde el 2004 la Sociedad Española de la Camelia, en el campo de la ruta de la Camelia.


Camelia

RUTA DE LA CAMELIA Y DE PEDRO MADURGA
Junto al castillo, otros destinos de Galicia forman parte de la Ruta de la Camelia, que ofrece un itinerario entre pazos, parques y el castillo de Soutomaior, donde habitan variedades de distintos tamaños y colores de la camelia, flor oriental que encontró un paraíso en As Rías Baixas. Cuatro de estos recintos, a los que acuden turistas internacionales, sobretodo de Japón, han sido declarados Jardín de Excelencia Internacional en Camelia por la Sociedad Internacional de la Camelia.

 

Otra opción es hacer la ruta que recorre castillos, torres y fortalezas de Galicia, entre ellos el Castillo de Soutomaior, a través de la figura de Pedro Álvarez de Sotomayor, más conocido como Pedro Madruga, quien protagonizó grandes acontecimientos y luchas de poder en el siglo XV. El noble ostentaba además el título de conde de Camiña, vizconde de Tui y mariscal de Baiona.

 

Maria Vinyals
MARÍA VINYALS, ESCRITORA Y PIONERA DEL FEMINISMO EN GALICIA
Después de Pedro Madruga, fue la sobrina de los marqueses de la Vega de Armijo quien adquirió el Castillo de Soutomaior. María Vinyals nació y creció en la fortaleza y a lo largo de su vida se dedicó a la escritura, a la política y a la defensa de las mujeres, y convirtió el castillo en un lugar de encuentro entre artistas de la época, como Emilia Pardo Bazán, Carmen de Burgos y Joaquín Sorolla.

 

Vinyals dejó un legado inmenso para la historia del castillo. Sin ir más lejos, fue la primera historiadora de Soutomaior, quien escribió el primer estudio conocido sobre el castillo en las páginas del libro El Castillo del Marqués de Los en Sotomayor. Apuntes Históricos, publicado en el año 1904 y hoy presente en las salas del museo. Da nombre también a la Escuela de Igualdad María Vinyals de la provincia de Pontevedra, que tiene como objetivo impartir formación gratuita y de calidad en materia de igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres mediante seminarios, congresos y charlas.


Sanatorio de Lluria

FOTO: MAIRE VENCE
EL SANATORIO DE LLURIA, PIONERO EN UROLOGÍA
En 1909, María se casó con Enrique Lluria Despau, un prestigioso urólogo ayudante de Santiago Ramón y Cajal. El 15 de junio de 1913, ambos emprendieron un ambicioso proyecto con la inauguración del Sanatorio Lluria, colindante al castillo, para tratar diferentes enfermedades. La primera noticia sobre este sanatorio aparece en el Faro de Vigo en un mensaje publicitario en agosto de 1911 que anunciaba "tratamiento de las enfermedades de la orina y del artritismo. En el parque se encuentra un manantial de riquísima agua de reconocida virtud para el mal de piedra. El sanatorio dista seis kilómetros de la estación de Arcade. Dirección. Sanatorio Lluria, por Arcade, Sotomayor".

 

El número de visitantes y pacientes fue aumentando, así como el espacio dedicado a la medicina y al alojamiento, y con el tiempo, el sanatorio se convirtió en un centro de reposo y esparcimiento que ofrecía servicios más allá de los médicos. Durante este período, también construyeron una serrería mecánica y una quesería, dirigidas por María Vinyals. Hoy, el recinto que albergaba el sanatorio permanece en pie frente al castillo como posada, restaurante y recinto para celebrar eventos o bodas.

 

OTROS DESTINOS DE TURISMO CIENTÍFICO OBSERVER
El Castillo de Soutomaior se añade así a la lista de destinos Observer Science Tourism con los que cuenta Galicia. La plataforma, que a través de su certificado impulsa el uso de los recursos naturales y culturales para hacer divulgación científica, lleva activa desde 2017 y ya ha certificado varios espacios en Galicia, entre los que se encuentran el Parque Nacional de las Islas Atlánticas, las Montañas de Courel y de Ancares, la Cova do Rei Cintolo y el Museo de Historia Natural de Santiago de Compostela.


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LA PISCINA NATURAL DE GALICIA RODEADA DE PUENTES, HÓRREOS Y MOLINOS
Una ruta senderista circular de 12,5 km permite ver también otras pozas, elementos etnográficos y pequeñas parroquias del lugar.
Foto MC
Mari Carmen Duarte
Colaboradora de Viajes National Geographic

ACTUALIZADO A 21 DE JUNIO DE 2024


En el curso del río Taxume, cruzando las Rías Baixas, el paraíso natural ofrece no solo paisajes dignos de una acuarela, sino también lugares de baño que dan un respiro durante el verano. Algunos de ellos son las pozas de Bugalleira,ubicadas entre el municipio de Loureza y el de Oia, basta con seguir la carretera que une a ambas para encontrar este oasis a pocos metros del asfalto, lo que la hace bastante accesible.



Pozas de Loureza

Bajando de las sierras de Argalo y A Groba, el río Tamuxe, también conocido como Carballo o Carballal, surca las piedras graníticas creando numerosas y famosas pozas a lo largo de su bajada hasta el mar. Las cascadas y piscinas naturales que se forman son una maravilla paisajística también durante las épocas más frías, pero es innegable que su esplendor es en verano, cuando sus visitantes buscan calmar el calor.

Las aguas puras y cristalinas de este enclave son de las preferidas por los gallegos y visitantes. Pero las pozas de Bugalleira son generosas, y comparten su atractivo con otras zonas que el río Taxume dibuja a su alrededor y que también son motivo de frecuentes excursiones. Unidas por una ruta de senderismo se encuentran las pozas de Loureza y el Pozo do Arco.

Este camino forma parte de un sendero circular de 12,5 km de longitud y de 350 metros de desnivel positivo que conecta Loureza y Burgueira, pero que también se puede hacer simplemente por tramos. Si se inicia en Loureza, se camina desde la iglesia parroquial hasta las pozas da Bugalleira. Desde Burgueira, la iglesia local también marca el punto de inicio.


Pozo do Arco

Sea como sea, la recomendación es aparcar en alguno de los dos municipios y caminar hasta las pozas, ya que los márgenes de la carretera en ocasiones no son suficientes para la cantidad de visitantes.

En ambas direcciones, el sendero se adentra en un bosque marcado por la vegetación de río, pero también por construcciones como hórreos, cruceiros y petos de ánimas, elementos etnográficos que se entremezclan en el recorrido con puentes y parroquias como Refoxos y Bonaval.

Uno de los lugares más destacados es el Pozo do Arco, donde un puente de madera cruza el río Taxume junto a un molino hidráulico rodeado de merenderos y un área recreativa. Su poza, de once metros de profundidad, es la mayor de todas. Sin embargo, a lo largo del recorrido también aparecerán numerosas pozas, algunas más pequeñas que otras, que a pesar de no tener nombre, también vale la pena relajarse en ellas.


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LA PISCINA NATURAL DE CÁCERES CONOCIDA POR SUS 'MARMITAS' GIGANTES
Tras una ruta fácil de 3km entre castaños y helechos se llega a este paraíso del Valle del Jerte que ya es todo un 'must' del verano extremeño.
Foto MC
Mari Carmen Duarte
Colaboradora de Viajes National Geographic

ACTUALIZADO A 22 DE JUNIO DE 2024


En la Reserva de la Garganta de los Infiernos, en el famoso Valle del Jerte, se esconde un secreto a voces que cada verano recibe la visita de cuantos lo conocen a su alrededor. Se trata de la piscina natural de Los Pilones, en el norte de la provincia de Cáceres, formada no por una, sino por trece pozas que se formaron por la erosión de la piedra granítica bajo el paso del río Jerte. Para acceder, existen dos senderos de más o menos la misma distancia, uno desde el pueblo de Jerte y otro desde la entrada de la reserva natural, entre Cabezuela del Valle y Jerte.


Los Pilones
De las montañas extremeñas desciende el Jerte, dibujando un paisaje a su paso de belleza natural. Entre aguas cristalinas, rocas graníticas y vegetación abundante se adivina un hermoso valle Bien de Interés Cultural que atrae la atención de multitud de visitantes a diario, pero sobre todo durante la época de calor. Jerte, que viene del árabe 'xerit', significa cristalino y estrecho, lo que define muy bien a este río y a esta región. Los saltos de agua, los pequeños lagos y las piscinas naturales ofrecen alivio en el verano, y uno de los lugares más frecuentados es Los Pilones.

Las también conocidas como Marmitas de Gigante por las impresionantes bañeras que dibuja en la roca granítica el río Jerte, tienen piedras lisas donde tumbarse a tomar el sol, pero también una agradable sombra para combatir las temperaturas y numerosas charcas para decidirse a darse un baño. Para llegar al lugar, es necesario hacer un camino de al menos 3km, ya que no hay acceso en coche.


Los Pilones
La mejor forma para llegar es aparcar en el Centro de Interpretación de la Reserva Natural, desde donde da inicio la Ruta de los Pilones, una de las más famosas del Jerte. Señalizada con líneas verdes y blancas, este trayecto de casi una hora no tiene apenas dificultad, con lo cual es perfecto para realizar con niños. Los helechos, los cerezos y los castaños acompañarán durante todo el camino, y en el resto de estaciones del año, ofrecerán un paisaje distinto que también merece la pena ver.

Pasado un puente de madera y tras subir unas pequeñas escaleras de roca, se abren a la vista las piscinas de Los Pilones. Cada una de ellas se conecta con las demás y, a la vez, son independientes, con lo cual nunca les falta agua, e incluso algunas de ellas forman pequeños toboganes que hacen las delicias de los más pequeños.


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LA IGLESIA DE MALTA QUE «VENERA» A UNA BOMBA

Javier Zori del Amo
Director de Viajes National Geographic

ACTUALIZADO A 24 DE JUNIO DE 2024

La iglesia de Mosta, conocida oficialmente como la Rotunda de Santa María, es uno de los monumentos más impresionantes y simbólicos de Malta. Y también de los más milagrosos, y no solo por la importancia religiosa de este fastuoso monumento. También porque es un hito arquitectónico en sí mismo y por ser protagonista de unas de las historias más sorprendentes de la II Guerra Mundial en el Mediterráneo.


Pero, eso sí, lo primero que llama la atención de este templo es su impresionante cúpula, la tercera más grande de Europa, con su diámetro interior de 37,2 metros y una altura que alcanza los 56 metros. Unos datos que evidencian por qué esta construcción es la más notable de esta ciudad interior de Malta. Completada en 1860, esta monumental estructura fue diseñada por el arquitecto maltés Giorgio Grognet de Vassé, quien se aprovechó de los cimiento de una iglesia anterior para, siguiendo las reglas del Renacimiento en términos de estética y simetría, alzar este hito arquitectónico.




Contra todo pronóstico, la bomba no explotó y nadie resultó herido, lo que muchos feligreses locales consideraron una actuación divina. Más allá de la creencia popular y de la brutal anécdota, este acontecimiento se recuerda mediante una réplica del artefacto que se exhibe en la sacristía de la iglesia como testimonio de esta anécdota. Más allá de por este particular altar, la iglesia de Mosta fascina en su interior gracias a la serie de frescos y ornamentos que representan escenas religiosas y en las que Malta reivindicó la primavera artística que estaba experimentando en el siglo XIX.



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EL CASTILLO DE MÁLAGA QUE ESCONDE LA IGLESIA CATÓLICA MÁS PEQUEÑA DEL MUNDO
El templo fue construido por orden de un cirujano retirado y ha conseguido colarse en el libro vGuinness de los récords.
Foto Alex Newsletter
José Alejandro Adamuz
Periodista de Viajes National Geographic

ACTUALIZADO A 25 DE JUNIO DE 2024

Podrá gustar más o menos, pero no hay duda de que el Castillo de Colomares no deja indiferente a nadie. De estética kitsch, se levantó ladrillo a ladrillo a voluntad de Esteban Martín, un inmigrante que, tras pasar más de 30 años trabajando como cirujano y ginecólogo en Estados Unidos, volvió a España, su país natal.

A su regreso, Martín escogió Benalmádena, un pequeño pueblo situado en plena Costa del Sol, para construir un monumento para conmemorar el 500 aniversario del viaje de Cristóbal Colón a América. En lo material le ayudaron dos oficiales de albañil, mientras que de la fantasía del diseño se encargó él mismo, creando un collage arquitectónico con elementos románicos, góticos y mujdéjares –basado en sus conocimientos sobre arte, arquitectura e historia–, que tardó siete años en completar.


Castillo de Colomare

UNA IGLESIA SECRETA
Pero, como si se tratara de una matrioshka�� llena de sorpresas, el Castillo de Colomares guarda un pequeño secreto en su interior. Tan pequeño que fue reconocido incluso en el libro Guinness de los récords: alberga la iglesia católica más pequeña del mundo, consagrada por el Prior del Monasterio de la Rábida.

 

No llega a los dos metros cuadrados de superficie –mide 1,96 metros cuadrados–, pero tiene todo lo necesario para hacer los oficios y está dedicada a Santa Isabel de Hungría, quien consagró su vida a ayudar a los más desfavorecidos. Algunos cuentan que una vez se celebró una boda, pero que en el interior solo estaba el cura, los novios tuvieron que quedarse afuera.


Castillo de Colomare

HOMENAJE A LOS VIAJES DE COLÓN
En la fachada del castillo se pueden observar varios detalles que ponen en evidencia que la obra está dedicada a Cristóbal Colón. En primer lugar, la representación de las tres naves que utilizó en su famosa travesía: la Niña, situada en la parte más alta del edificio, bajo el arco de la Rábida (monasterio que acogió a Colón cuando llegó desde Portugal); la Pinta, presente en la fachada principal; y la Sana María, separada de las primeras, ya que esta sufrió un accidente y se hundió el día de Navidad. Por otro lado, la inclusión de una pagoda china, como recuerdo del propósito original de Cristóbal Colón de llegar a las costas de Asia.

 

Este variopinto edificio ocupa 1.500 metros cuadrados, una dimensión que lo ha encumbrado como el mayor monumento dedicado a Cristóbal Colón del mundo.



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LA IDÍLICA PISCINA NATURAL DE AGUAS ESMERALDA QUE ESCONDE ASTURIAS
Formada por el río Dobra, la Olla de San Vicente es un lugar maravilloso en el que darse un baño refrescante en plena naturaleza.

Aitana Palomar S.
Periodista de Viajes National Geographic

ACTUALIZADO A 28 DE JUNIO DE 2024


A poco más de una hora a pie de Cangas de Onís, el pueblo situado a los pies de los Picos de Europa que fue capital del Reino de Asturias en el siglo VIII, se encuentra uno de los enclaves naturales más fascinantes de Asturias: la Olla de San Vicente. Este idílico escenario enmarcado por las ramas de los árboles y con la impresionante cordillera como escenario de fondo se convierte en un auténtico oasis en los meses de verano, cuando locales y visitantes recorren la senda que conduce a la poza para darse un baño refrescante en sus cristalinas aguas.

Puente romano en el camino entre el Tornin y el Olla de San Vicente, cerca de Cangas de Onís.
UN CAMINO JUNTO AL RÍO
El recorrido empieza en Cangas de Onís, desde donde se puede coger la N-625 en dirección al puerto de Pontón, seguir durante 6 kilómetros –unos 10 minutos– hasta llegar al pueblo de Tronín y pasar de largo hasta que, a mano izquierda, aparezca un restaurante desde el que comienza el camino. Este cuenta con un párking privado para clientes, situado al lado de otro espacio donde se puede aparcar libremente, ideal para dejar el coche y comenzar la ruta a pie.

La primera parte del camino dura aproximadamente una hora. El sendero de grava es ancho y no tiene ninguna dificultad. El río, situado al lado derecho, acompaña a los caminantes durante todo el trayecto, como un refrescante preludio de lo que está por venir. A poco más de doscientos metros del inicio de la ruta se encuentra el famoso Puente Viejo, cuyo origen es incierto, aunque todo apunta a que se construyó durante la Edad Media. Después, el sendero continúa a través de una maravillosa naturaleza en la que aparecen, de vez en cuando, cabañas de piedra construidas en el interior del bosque o pozas que forman parte del río.

En la segunda parte de la ruta, el sendero es más estrecho y rocoso. Hay que ir con cuidado los días de lluvia, ya que, en esta fase, la piedra puede ser bastante resbaladiza. Afortunadamente, el camino se ensancha poco antes de llegar a la Olla de San Vicente, desplegándose sobre una pequeña pradera con árboles a ambos lados.
 

El río Sella, entre el Tornin y el Olla de San Vicente, cerca de Cangas de Onís.
AGUAS ESMERALDA
Al llegar a la poza, sorprenden sus impecables aguas, de un color esmeralda poco común por su claridad y su imperturbable calma. Los niños pasean por la orilla de la olla, recogen guijarros y chapotean en la zona de menor profundidad. Los adultos nadan hasta alcanzar la parte en la que el agua cubre más de cinco metros, el centro de la hermosa charca formada por el río Dobra.

 

No es de extrañar que este sea el principal reclamo de esta área natural y el destino de una de las excursiones de montaña más bonitas que se pueden hacer por Asturias cuando llega el buen tiempo. Un camino entre castaños, olmos y robles que conduce a este pequeño paraíso que se esconde el corazón del bosque asturiano.


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EL TEMPLO DE JAPÓN DONDE LA FELICIDAD BRILLA COMO UN GRAN SOL
El esplendor del templo Todaiji y los simpáticos ciervos del parque de Nara convierten este destino en un imprescindible de la región japonesa de Kansai.
Foto Alex Newsletter
José Alejandro Adamuz
Periodista de Viajes National Geographic

ACTUALIZADO A 28 DE JUNIO DE 2024


La felicidad en Japón se encuentra entre los dulces cervatillos. Unos mil doscientos ciervos sika, en concreto. Son los que corretean entre turistas despreocupadamente por el inmenso parque de Nara, en el corazón de la región de Kansai. El parque es un espacio de elegancia natural y de riqueza patrimonial. Resulta que los templos y santuarios de Nara son mucho más antiguos y más singulares que los de Kioto.


Templo Todaiji en Nara

FELICIDAD ENTRE CIERVOS
Uno de los templos más destacados es el maravilloso templo Todaiji, fundado durante el periodo Nara (710-784), cuando Nara era la capital de Japón. Aunque ha sido reconstruido desde entonces hasta en dos ocasiones por haberse incendiado, por lo que se calcula que hoy en día es un 33% más pequeño que el original, ha sido durante mucho tiempo una de las mayores estructuras de madera construidas en el mundo.

Pero ahí no queda su mayor singularidad: el templo es un monumento que celebra la gloria del budismo y la unidad nacional y que guarda en su interior uno de los mayores deseos de felicidad para la humanidad, encarnado en la estatua de un buda.


Buda de Todaiji en Nara

EL GRAN BUDA DE LA FELICIDAD
La entrada principal al templo Todaiji se realiza tras dejar atrás a algunos ciervos a través de Nandaimon (o Gran puerta del sur), un pórtico de 1199 que separa al templo de la vida mundana del exterior. En frente, se encuentra el edificio principal que contiene el daibutsu, el llamado Daibutsu-den, la mayor sala de oración budista de Japón. Y en su interior, el Gran Buda.

Alrededor de 2,6 millones de personas sumaron esfuerzos para construirlo con el objetivo de desear la felicidad para todas las personas. La estatua en sí se conoce como "Daibutsu" (en japonés, "dai" significa gigante y "butsu" significa buda) y está inspirada en un Buda Vairocana ("Buda que brilla a lo largo del mundo como el sol").

Además del Gran Buda, el templo Todaiji guarda en su interior numerosos tesoros nacionales y bienes culturales, por lo que el propio templo fue inscrito Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1998. Hay que despedirse del templo en la sala Nigatsu-do, construida en el siglo VIII y reconstruida en 1669. Este espacio al este de la sala Daibutsu-den, ofrece vistas panorámicas de la ciudad de Nara, especialmente atractivas al atardecer. Un espectáculo cuya contemplación logra la felicidad inmediata de quienes lo visitan.



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LA PISCINA NATURAL DE TERUEL BAJO UN PUENTE RENACENTISTA
El Camino Real que pasaba por este lugar hace de marco a una serie de pozas que tienen una de las aguas más limpias de toda la provincia.
Foto MC
Mari Carmen Duarte
Colaboradora de Viajes National Geographic

ACTUALIZADO A 29 DE JUNIO DE 2024

Vivir entre dos aguas puede ser un lujo si estas regalan los paisajes de los que disfrutan en el pueblo de Aguaviva, en la provincia de Teruel. Marcada por su situación en la confluencia de los ríos Bergantes y Guadalope y su ubicación a los pies de las sierras del Maestrazgo, sus menos de 1000 habitantes reciben numerosos visitantes en verano por uno de sus mayores atractivos: Las Pozas de Aguaviva que, con el marco que le ofrece su bosque de pinos y el puente del siglo XVII, es una de las mejores piscinas naturales de la provincia.


A cuatro kilómetros del pueblo de Aguaviva se encuentra el Puente de Cananillas, que pasa sobre el río Bergantes desde el año 1622, en el que se construyó con su estilo renacentista rural, con cuatro arcadas. Edificado sobre una construcción anterior, forma parte de un antiguo Camino Real y fue realizado para unir Tortosa y Morella con Castellote, donde se encontraba el castillo que la Orden de San Juan de Jerusalén utilizaba como almacén de alimentos.

Ahora, este puente, despojado de su utilidad inicial, guarda bajo sus piedras uno de los mejores lugares para refrescarse en los días más calurosos del verano. Decenas de personas se acercan para admirar sus pozas, cuevas y marmitas, dibujadas por la fuerza del agua del río Bergantes. Junto al río Matarraña en Beceite, es la única piscina natural de la provincia de Teruel reconocida por su estado de conservación y calidad de sus aguas por el Ministerio de Sanidad.


Sus aguas limpias y de temperatura templada mueven a los habitantes del pueblo, pero también a los de los alrededores y más allá, a vivir un día de "playa" en estas pozas. Tanto si es para todo un día o para un rato, sus zonas de sombra, sus numerosas piedras pulidas por el tiempo donde tomar el sol o comer algo y las vistas desde su puente, merecen una visita.

Siguiendo el sendero de largo recorrido GR-08 o la Ruta del agua del Bajo Aragón se pueden descubrir tanto el puente de Cananillas y sus pozas, incluídas en el Geoparque Mundial UNESCO del Maestrazgo, y otras construcciones, como el Molino Mayor Harinero del siglo XIII. Este patrimonio hidráulico, sumado a la gran calidad de sus aguas y a la diversión que brinda con las altas temperaturas, hace de este lugar uno de los más famosos de la provincia de Teruel.



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LA PISCINA NATURAL CON CASCADA EN LA QUE BAÑARSE EN HUESCA
A pocos kilómetros de Pozán de Vero se encuentra este bucólico escenario en el que pasar un refrescante día de verano.

Aitana Palomar S.
Periodista de Viajes National Geographic

ACTUALIZADO A 01 DE JULIO DE 2024


A menos de una hora en coche de Huesca está Pozán de Vero, un pequeño pueblo rodeado de huertos en los que crecen olivos, tomateras y vid. Situado en pleno Parque Cultural del Río Vero, es un lugar ideal para hacer senderismo, caminar entre los campos y relajarse contemplando paisajes tan hermosos como el de la piscina natural que se encuentra a un paseo del pueblo, llamada el Salto de Pozán de Vero.


Rio vero

¿CÓMO LLEGAR A LA PISCINA NATURAL?
Partiendo de Huesca, la forma más rápida de llegar a la poza es cogiendo la carretera N-240 en dirección a Lleida. Al llegar a Barbastro, hay que tomar un desvío a la izquierda en dirección al Parque de la Sierra de Guara y, tras pasar Castillazuelo, existen dos opciones: o bien aparcar el coche en el primer ensanche que se encuentre y andar hasta el Salto de Pozán de Vero, o bien avanzar en roche hasta el pueblo e iniciar ahí la ruta.

Desde Pozán de Vero el camino es muy fácil y está perfectamente señalizado. Se trata de una ruta de 6,5 kilómetros de ida y vuelta que pasa por las huertas, los azudes, el puente medieval de Pozan de Vero y la Acequia y Acueducto de San Marcos. El camino de vuelta se hace volviendo por el mismo sitio, hasta llegar de nuevo a la encantadora localidad.


Pozan de Vero

BAÑARSE ENTRE LA CASCADA Y LAS ROCAS
El rincón en el que se encuentra el Salón del Pozan de Vero sorprende, ante todo, por la cascada que corona la piscina natural en los meses en los que el río Vero tiene más caudal. Esta cascada se formó tras la construcción, siglos atrás, de un antiguo muro de piedra ideado para derivar el agua del río por la Acequia de San Marcos para regar las huertas de Castillazuelo y Barbastro, además de proporcionar agua a molinos que se encontraban río abajo.

A sus pies está la gran poza de aguas aturquesadas en la que vecinos y visitantes se bañan cuando llega el calor, convirtiendo el espacio en un pequeño oasis entre los campos en el que refrescarse, tomar el sol en las lisas piedras que rodean la piscina, leer a la sombra de los árboles que crecen a su alrededor o, simplemente, disfrutar de la calma de este enclave en plena naturaleza.

En uno de los lados de la poza hay una roca, que se puede escalar sin mucha dificultad, que conduce al Mirador del Salto de Pozán de Vero. Qué mejor que terminar esta excursión y baño que contemplando la cascada y la piscina natural a vista de pájaro para divisar el maravilloso entorno en el que se encuentra.



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LA CALA SECRETA DEL SUR DE FRANCIA ENCAJADA ENTRE ACANTILADOS DE 700 METROS
Situada en un abrupto laberinto rocoso repleto de riberas de aguas cristalinas en la Côte d'Azur.
Oriol Rios
ACTUALIZADO A 02 DE JULIO DE 2024


En el Parc National des Calanques, situado en la región de Provence-Alpes-Côte d'Azur, el mar se abre paso entre los serpenteantes acantilados, pintando un brillante lienzo de color azur. Los abundantes brazos pedregosos que brotan de la tierra, esconden auténticas maravillas naturales de aguas turquesas.


Parc National des Calanques

UN SENDERO CON OLOR A MEDITERRÁNEO
Hay múltiples posibilidades para acceder a esta cala escondida. La más corta inicia en Port-Miou, un pequeño embarcadero situado en la población de Cassis. Este enclave costero de la Riviera Francesa ha enamorado a artistas, escritores, pintores y poetas. Como dijo el Premio Novel de Literatura, Frederic Mistral: "Qu'a vist Paris e noun Cassis a ren vist" (quien ha visitado París y no Cassis, no ha visto nada).

 

Una vez en el puerto, se puede acceder caminando a través de un sendero de 3,5 kilómetros que es incompatible con el calzado de playa. El camino bordea la costa y transcurre entre un entorno rocoso envuelto de pinos y vegetación silvestre que impregna el ambiente de un aroma mediterráneo. La sendase recorre en un tiempo aproximado de 1 hora y 15 minutos. Otra de las opciones es acceder por vía marítima, aunque tan solo podrás llegar a la playa en kayak o a nado.



CALANQUE DE PORT PIN
Abriéndose paso entre el paisaje de roca caliza repleto de pinos, esta cala de guijarros aparece como un preludio perfecto, convirtiéndose en un refrescante respiro en el camino. Las aguas turquesas de la Calanque de Port Pin emergen como una invitación a la rendición, atrapando a aquellos visitantes agotados.



CALANQUE D'EN VAU
Con las pilas recargadas, el viaje continúa por un sendero algo más desafiante. Después de un camino que pone a prueba la resistencia y el equilibrio en su tramo final. Al descender por el desfiladero, la Calanque d'En Vau aparece como un oasis de paz que da la bienvenida a los peregrinos que no sucumbieron a la tentación de las aguas de Port Pin.



Calanque d'En Vau

UN LIENZO COLOR AZUR
Custodiada por acantilados de 700 metros, vestidos de verdes pinos y envuelta en una melodía de cigarras, la playa de la Calanque d'En Vau es el lugar perfecto para resguardarse del calor veraniego. Sus aguas forman una paleta de azules y verdes que invitan a perderse bajo su mundo submarino, el cual puede observarse con todo detalle gracias a su claridad. Para los más aventureros, sus formaciones rocosas guardan numerosas vías ferratas que permiten divisar este oasis mediterráneo desde las alturas.


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LA PLAYA DE LA COSTA BRAVA QUE LOS VECINOS SALVARON DEL PELOTAZO INMOBILIARIO
Este enclave de extraordinaria belleza es uno de los pocos arenales vírgenes que se conservan en la costa catalana.
Foto Alex Newsletter
José Alejandro Adamuz
Periodista de Viajes National Geographic

Aitana Palomar S.
Periodista de Viajes National Geographic

ACTUALIZADO A 04 DE JULIO DE 2024 · 09:31

Existe una fotografía singular de un joven Dalí. En su rostro moreno nada anuncia lo que después sería su característico bigote. Viste pantalón corto y camiseta y abraza a Gala y al pintor Josep María Sert, enfrente del Mas Juny, propiedad de este último. Se les ve felices en un verano eterno. Un poco más tarde de esa imagen, Josep María Sert vendió su casa a Alberto Puig Palau, quien siguió invitando al genial pintor surrealista a las fiestas que organizaba. También le construyó una pequeña barraca en la frondosa pineda que rodeaba a la casa. Lo que más le gustó a Dalí fue su puerta torcida, ante la que años después también se fotografió, esta vez sí, con su orondo bigote. La barraca aún se conserva en un entorno que sigue prácticamente intacto.


Si a escasos kilómetros de Palamós aún se puede disfrutar de este paisaje natural es por el compromiso de los vecinos del municipio, quienes en junio de 1994 votaron en una consulta conservarlo tal cual en contra de un proyecto que pretendía construir un campo de golf y casas. Un breve camino de tierra que parte del aparcamiento traspasa una parte del bosque, en el espacio de interés natural en la desembocadura del canal del Aubi, para llegar a este arenal. Su forma de media luna, abrazada por los pinos, y la arena fina son sus credenciales.


Playa del Castell

UN PAISAJE DE ESPECTACULAR BELLEZA
De 375 metros de largo y 40 de ancho, la Cala del Castell es uno de los últimos arenales vírgenes que se conservan en la Costa Brava. Sus aguas cristalinas y de poca profundidad son ideales para refrescarse y que los más pequeños puedan nadar sin problemas. La playa cuenta, además, con dos chiringuitos, lavabos, servicio de alquiler de hamacas y sombrillas, una escuela de kayak y pasarelas para facilitar el paso de personas con movilidad reducida. También hay un parking de pago, situado a 200 metros del arenal, para dejar los vehículos y andar cómodamente hasta la playa.

Un elemento curioso de la Cala del Castell es que en la parte alta de uno de los salientes rocosos de la playa se puede visitar un yacimiento arqueológico de gran valor: las estructuras restauradas del antiguo poblado ibérico de Castell, datadas del siglo VI a. C. Siguiendo por el camino que conduce al yacimiento se llega a otra cala, la Cala de la Forada, cuyas aguas transparentes la han convertido en uno de los enclaves preferidos de los submarinistas.


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LA ENIGMÁTICA TUMBA DE MENORCA QUE ES PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD
Es una de las piezas más populares del increíble conjunto arqueológico de la isla recientemente reconocido por la Unesco.
Foto Alex Newsletter
José Alejandro Adamuz
Periodista de Viajes National Geographic

ACTUALIZADO A 04 DE JULIO DE 2024


La isla de Menorca albergó una de las sociedades megalíticas más singulares del Mediterráneo occidental, como evidencian la cantidad de vestigios arqueológicos que aún perduran salpicando el territorio. Entre estos destacan las navetas, consideradas como uno de los monumentos funerarios más antiguos conocidos en Europa. Estas estructuras pertenecen a la cultura talayótica de la isla y fueron construidas alrededor del año 1000 a.C. y ahora ya son Patrimonio de la Humanidad.


EL MONUMENTO TALAYÓTICO MÁS VISITADO DE MENORCA
La Naveta d'es Tudons, cuyo nombre significa "La nave de las palomas torcaces", es uno de los ejemplos más notables de estas construcciones. Su forma se asemeja a un barco invertido, varado en un campo del interior de la isla, con la popa en su fachada trapezoidal y la proa sobre el ábside. Sus dimensiones exteriores son aproximadamente 14,5 metros de largo, 6,5 metros de ancho y una altura de 4,55 metros, pero originalmente se estima que pudo llegar a los seis metros. Se encuentra orientada de Sur-Suroeste a Este-Noreste, con la entrada situada en el centro de la fachada sur.

La peculiar forma de la Naveta d'es Tudons se divisa fácilmente desde la carretera que atraviesa la isla, a tan solo 6 km de Ciutadella. Es el monumento más reconocido dentro del conjunto prehistórico de Menorca, que cuenta con 1.586 yacimientos arqueológicos.



Naveta d'Es Tudons

ENTERRAMIENTOS COLECTIVOS
Al acercarse a la Naveta d'es Tudons, llaman la atención las enormes piedras encajadas sin argamasa ni mortero, que deslumbran bajo el sol mediterráneo del mediodía. Esta singular construcción estaba destinada a albergar enterramientos colectivos, como lo demuestran los restos humanos de diferentes edades y géneros encontrados, así como cuencos de ofrendas y objetos que podrían haber sido ajuares funerarios. Durante las excavaciones y restauraciones realizadas en la década de 1950, se descubrieron los restos de al menos 100 individuos, así como diversos objetos depositados junto a ellos, como pulseras de bronce, botones de hueso y cerámica.


Naveta d'Es Tudons

¿CÓMO VISITAR LA NAVETA D'ES TUDONS?
Este magnético monumento se puede visitar cogiendo la carretera general de Maó a Ciutadella y avanzando durante 40 kilómetros. Tras aparcar en la zona señalizada, se debe atravesar un campo hasta llegar a la naveta. La tumba talayótica se puede visitar de martes a sábado de las 9 h. a las 20:15 h, el domingo de las 9 h. a las 15:15 h. y los lunes de forma libre. La entrada general es de 2€, aunque hay una tarifa reducida de 1,20€ para mayores de 65, jóvenes de 8 a 15 y grupos, y los menores de 8 años pueden entrar gratis. Además, se ofrecen visitas guiadas en grupo y privadas, para descubrir los secretos de la Naveta d'es Tudons de la mano de personal especializado.



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LA PISCINA NATURAL DE VALÈNCIA CON PUENTES COLGANTES Y ¡UN EMBARCADERO!
Esta poza de aguas turquesas es la parada obligatoria de una de las rutas más espectaculares de la provincia de València.

Sandra Bódalo Munuera
Periodista de viajes

ACTUALIZADO A 05 DE JULIO DE 2024

¿Qué tendrán de mágico los embarcaderos? Algo tendrán para atraer a tantos transeúntes y amantes de la fotografía. Quizás sean sus pasarelas de madera (casi) infinitas, su aguas calmadas o esa atmósfera tranquila y enigmática que se respira, pero sin duda algo tienen. O también puede que se deba a esas escenas de ficción que se han quedado grabadas en la memoria: desde Dawson crece, el éxito adolescente de los noventa; hasta otras más recientes, como El Embarcadero, filmada en plena Albufera. Pero si una cosa está clara es que la Comunitat Valenciana, ya sea por su tradición pesquera o por su herencia árabe, tiene un largo repertorio. Y el Charco Azul es uno de ellos.


CHULILLA, UN TESORO DEL INTERIOR VALENCIANO
Resguardado entre las hoces del Turia, este embarcadero de aguas turquesas se ha convertido en uno de los más visitados. De hecho, su idílico paisaje es una de las paradas obligatorias de la ruta de los puentes colgantes —también conocida como ruta de Los Calderones o de Los Pantaneros—. La senda comienza en Chulilla, un pueblo valenciano de estilo medieval que enamora a sus visitantes nada más llegar. La colección de casas blancas encaladas, las calles empinadas y angostas, su muralla y su castillo son algunos de los ingredientes que hacen de este pequeño municipio la instantánea mediterránea perfecta.

Porque aunque, a priori, parezca que el Levante solo sea sinónimo de playa, también cuenta con un interior lleno de encanto y digno de explorar. Al igual que ocurre con Montanejos (Castellón), Bolbaite (Valencia) o Callosa d'en Sarrià (Alicante), Chulilla es un tesoro verde-azulado, gracias a su naturaleza montañosa y piscinas naturales. Y su ruta circular es una de las más atravesadas —sobre todo desde la pandemia cuando el turismo local se convirtió en tendencia (obligada)— por senderistas y excursionistas. Desde los consagrados, hasta los más amateurs. Porque aunque las palabras "puente" y "colgante" puedan causar respeto, la dificultad de este camino es más bien sencilla y su duración no supera las dos horas.



UNA EXCURSIÓN DESDE LAS ALTURAS
Naturaleza verde en estado puro en pleno Paraje Natural Municipal Los Calderones. Una de las excursiones más espectaculares de la provincia de València, que atraviesa las diferentes hoces (cañones) del río Turia, pasando por barrancos, embalses y miradores —como el Mirador de Compuertas y el de la Carrucha—. Y, por supuesto, sus dos aclamados puentes colgantes, alcanzando el más alto de ellos, los 15 metros de altura y los 20 de longitud.

 

Su origen se remonta a los años 50, concretamente a la construcción del embalse de Loriguilla, cuando los trabajadores caminaban más de cinco kilómetros diarios, desde Chulilla hasta su lugar de trabajo. Pero con el paso de los años, el río ha creado una profunda garganta que ha dado lugar a paredes verticales de más de 80 metros, no es de extrañar que este paraíso sea meca mundial de la escalada.



EL CHARCO AZUL: EL DESENLACE
Y como culmen de esta aventura, el Charco Azul, un encantador embalse de aguas turquesas del río Turia. Cuyo mayor atractivo (o al menos el más fotogénico) es su embarcadero de madera, situado al pie del imponente Cañón del Turia y rodeado de paredes rocosas. Uno de esos paisajes que podrían hacerse pasar por un destino del Sudeste Asiático. Y que con las temperaturas al borde del colapso invitan a darse un chapuzón sin dudarlo.


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